Hacer balance de un año en fútbol implica
la dificultad de dividir la nota final de una campaña y casi medio ejercicio de la siguiente. En el Sevilla, en todo caso, la gran noticia en el año 2019 ha sido el regreso de Monchi dos años después de marcharse a la Roma.
Monchi vuelve a ser el faro de un club que, además, ha logrado una estabilidad institucional determinante con el 'Gran Pacto' entre los accionistas más importantes de la entidad.
El acierto en ambos apartados hay que atribuírselo, sin duda, al presidente
José Castro, quien ha sabido reunir a todos los grandes accionistas en torno a una misma idea (
entre los que está la familia Del Nido, la que era gran amenaza para Castro). En la Junta de Accionistas, de hecho, se ha escenificado esa unión tan crucial para la entidad.
Vuelve el hijo de Del Nido al consejo de administración como vicepresidente.
También supo Castro convencer a Monchi ilusionándole con un proyecto que apunta a un nuevo crecimiento deportivo. Con Monchi como Director General Deportivo se vuelve a elevar el techo de una entidad que quiere convertir en habitual su presencia en Champions y que
aspira a volver a ganar algún título (Monchi, incluso, ya ha manifestado varias veces que el Sevilla tiene que intentar pelear por la Liga).
Monchi tomó las riendas el 1 de abril y, contra la opinión generalizada, apostó por Lopetegui y ha revolucionado un plantel que está funcionando a nivel colectivo (acaba el año tercero); en el que
están destacando Diego Carlos, Koundé, Fernando y Ocampos; en el que ha decepcionado
Rony Lopes; y que genera dudas en la delantera por su escasa aportación goleadora (15 goles entre los 4 en todas las competiciones y tan sólo 5 en LaLiga:
2 De Jong, 2 Munir, 1 Chicharito y ninguno Dabbur, que apenas ha tenido la confianza de Lopetegui).
En la Europa League ya está clasificado para los 1/16 de final y se medirá en febrero (días 20 y 27) al Cluj rumano tras realizar una brillante clasificación en la fase de grupos, ganando 5 de los 6 partidos y dejando un borrón en el último encuentro perdido en Chipre (1-0) ante el Apoel. En la Copa ha superado la primera eliminatoria a partido único ante el Bergantiños gallego y se medirá a otro Tercera, el UM Escobedo de Cantabria el 12 de enero en la segunda ronda.
La temporada anterior la cerró el Sevilla con
una nueva clasificación europea (la 15ª en los últimos 16 años), pero se quedó a las puertas de la Champions, tuvo que conformarse con la Europa League y para lograrlo Joaquín Caparrós tuvo que dejar su cargo como director deportivo para suplir a Pablo Machín en el banquillo en los 11 últimos partidos de Liga.
En la Copa del Rey, aún con Machín al frente, el Sevilla cayó eliminado en los cuartos de final frente al Barça, que remontó el 2-0 encajado en la ida con una humillante goleada (6-1). En octavos cayó en la Europa League con un ridículo en Praga ante el Slavia (2-2 en la ida y 4-3 en el partido de vuelta). Eliminación que supuso la destitución de Machín.
Los
proyectos de ampliación del Sánchez-Pizjuán, de la mejora de la ciudad deportiva, el crecimiento social (ha superado por primera vez en su historia los 45.000 socios, llegando al límite de abonados permitidos por su aforo: 39.995) y la apuesta por la Champions para crecer también en el apartado económico y deportivo ilusionan a una afición que tiene fe ciega en la capacidad de Monchi, quien debe reforzar el ataque del equipo en el mercado invernal.
También dejó el año dos pérdidas muy dolorosas en Nervión, la del exjugador sevillista José Antonio Reyes, en un trágico accidente de tráfico el pasado 2 de junio; y la de Roberto Alés el 22 de febrero, el expresidente de la entidad que puso las bases de actual Sevilla campeón.
En el Betis, la temporada anterior acabó en el fracaso que supuso no volver a clasificarse para Europa por segundo año consecutivo; se le escapó ante el Valencia la final de Copa que se disputó en el Benito Villamarín (2-2 empató -ganaba 2-0 en el minuto 70- y 1-0 perdió en Valencia); y en la Europa League también cayó en la primera eliminatoria (1/16) ante el Rennes (3-3 en la ida y 1-3 en la vuelta).
La notica que más debate ha generado ha sido, sin duda,
el despido de Serra Ferrer, quien después de dos años logrando un salto cualitativo importante en la plantilla del Betis recibió siete folios que justificaban la decisión de quitarle las atribuciones como director deportivo. Se le ofrecía otro puesto, pero era una clara invitación a su salida.
Las diferencias en los conceptos futbolísticos entre Serra Ferrer (quería meter más músculo en el equipo para potenciar la defensa)
y Quique Setién (apuesta por el talento y la posesión, muchas veces, sin verticalidad) han acabado con ambos fuera del Betis. A Serra lo ha sustituido José Miguel López Catalán como hombre fuerte en el área deportiva, también reforzada, y Rubi ha tomado el testigo de Setién en el banquillo, también con el visto bueno de Serra antes de su marcha.
Tras las dudas iniciales en el arranque liguero, dos 'manitas' ante Barça (5-2) y Villarreal (5-1); tras sumar tan sólo 3 victorias en los 13 primeros partidos; y después de perder el derbi (1-2) ante el Sevilla, Rubi se la jugaba frente al Valencia -con Setién esperando en la recámara- y desde entonces ha logrado un 13 de 15 (ante Valencia, Mallorca, Athetic de Bilbao, Español y Atlético de Madrid) que ha reforzado su figura.
Rubi ha ganado crédito con sus decisiones tácticas. Ha sabido tocar las teclas adecuadas para ganar y, sobre todo, para suplir la baja de Willian Carvalho, quien fue operado de hernia discal y se ha perdido ya diez partidos de Liga. El técnico ha utilizado un falso tercer central (Javi García, primero, Bartra y el chaval de la cantera Edgar después) y el equipo ha ganado equilibrio ataque-defensa.
Pese a la última derrota ante el Atlético, el Betis compitió y las expectativas han crecido pese a que ha cerrado el año decimotercero en la tabla (en el puesto 10 quedó con Setién tras las 38 jornadas). De los fichajes, Fekir está demostrando su calidad (incluso mejora en ciertos aspectos a Lo Celso); Álex Moreno está rindiendo a un gran nivel, también ha rendido Pedraza, ahora lesionado; Juanmi no ha podido jugar por una lesión y a Borja Iglesias se le espera (de momento, Loren es el máximo anotador con 8 tantos).
Sin la Europa League,
el Betis está obligado a clasificarse esta temporada para Europa y a tratar de hacer una muy buena Copa del Rey: ha eliminado cómodamente al Antoniano en la primera ronda y en la segunda se medirá el 11 de febrero al Club Portugalete de Vizcaya, también de Tercera división.
En el aspecto institucional, el club sigue creciendo, está construyendo una nueva ciudad deportiva en Dos Hermanas y ha logrado también la estabilidad con una Junta que sacaron adelante con comodidad el presidente, Ángel Haro, y el vicepresidente, José Miguel López Catalán, aprobando el mayor presupuesto en la historia del club (163 millones de euros). La oposición no tiene fuerza y la sombra de Serra Ferrer cada vez es menos alargada. De hecho, es muy probable que el Betis firme a un nuevo director deportivo.
En el 2019 los béticos dieron
el último adiós a Rogelio Sosa, ídolo y símbolo del Real Betis. La ‘Zurda de caoba’ falleció a los 75 años el pasado 21 de marzo. Nacido en Coria del Río, jugó en el Betis 16 temporadas de forma consecutiva y ha sido, sin duda, uno de los grandes en la historia del club.
Joaquín Adorna