En el Sevilla, ni resultados ni buenas sensaciones. Una victoria en los cinco últimos partidos (5 puntos de 15 posibles),
sale de la zona Champions después de tres meses, y transmit
e la impresión de que a Lopetegui se le cae un equipo que ha perdido todas sus fortalezas: la contundencia defensiva, el espíritu competitivo y la capacidad para manejar y ganar los partidos.
En el Betis, aceptable apariencia estética con muy poco de verdad en el interior. Fútbol atrevido y vistoso, pero los de Rubi siguen siendo
el tercer equipo más goleado de LaLiga y ya tiene Europa a 9 puntos. Con 37 goles en contra, sólo el colista Espanyol (40) y el Mallorca (39), también en puesto de descenso, han encajado más goles.
Tras el fracaso copero y el empate en casa ante el Alavés,
Lopetegui buscó una reacción en Vigo con otros nombres (banquillazo a Banega y De Jong, entre otros), pero ocurrió lo que muchos temían: el Sevilla resucitó al muerto. Al margen de las circunstancias puntuales de ese encuentro, que pudo cambiar si Ocampos marca el 0-2, lo preocupante es comprobar que ha empeorado el rendimiento colectivo y ahora los jugadores también parecen peores en el rendimiento individual.
Ocampos, quizás, es quien mejor refleja la sensación de equipo roto en el que cada cual pelea por ganar sus propias batallitas. Aunque su calidad le da para intentar acciones en solitario, sin asociarse se convierte en un alocado extremo que no da al juego la lectura que merece en cada momento.
Suso, si su fútbol entra en la zona de la verdad y supera la línea de los fuegos de artificio, debe ser titular -como en Vigo- por delante de Nolito, pero su entrada ha supuesto romper la única banda que funcionaba en ataque (Navas y Ocampos).
A ver cómo resuelve Lopetegui ese dilema.
La fortaleza defensiva ha quedado tocada en los tres últimos partidos, con seis goles encajados ante Mirandés (3), Alavés (1) y Celta (2). Sigue siendo el quinto equipo que menos tantos recibe (23), pero también se ha perdido el equilibrio y la sensación de equipo compacto. Si la defensa colectiva no funciona, ni siquiera el incombustible Fernando puede tapar tantos espacios. Perjudican, además,
los errores en la construcción del juego (se ha echado en falta a Óliver, quien ha estado más dinámico y certero que
Banega) y el mal momento de forma de Escudero, quien no mejora a un
Reguilón que tampoco anda fino en la banda izquierda.
En ataque,
En-Nesyri tiene condiciones para hacer daño con espacios, ha marcado en su primera titularidad, y Suso debe aportar calidad, desborde, último pase y disparo lejano. Nuevas alternativas para Lopetegui, quien está obligado a probar otras fórmulas para romper lo previsible y sorprender con otros recursos tácticos. Espanyol en Nervión, visita al
Cluj rumano en la Europa League y dura salida a Getafe son los próximos compromisos. Es la hora de Lopetegui y de su mano de entrenador.
A Rubi en el Betis se le presenta la posibilidad de sumar 6 de 6 frente a Leganés y Mallorca antes de visitar al
Valencia, recibir al
Madrid y disputar
el derbi en el Sánchez-Pizjuán. Con 9 puntos de distancia respecto a la sexta plaza que ocupa la Real Sociedad, tiene un estrechísimo margen de error en una temporada que puede convertirse en nuevo fracaso si no logra clasificarse para Europa.
El Betis parece que juega bien, pero
su bonita puesta en escena no le da para ganar. Ante el Barça ha vuelto a quedar claro que el problema no es la falta de puntería, sino su débil defensa. Hizo dos goles y volvió a recibir tres.
Convendría que el club superara la excusa de las quejas arbitrales porque, aun teniendo motivos para quejarse, sólo desde la autocrítica interna podrá encontrar ese punto de competitividad que siempre le falta para ganar más partidos y para seguir creciendo.
Joaquín Adorna