Fútbol muerto por coronavirus - Covid 19

Joaquín AdornaJoaquín Adorna
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Fútbol muerto por coronavirus - Covid 19
- Joaquín Adorna
Vista la velocidad a la que se está expandiendo el coronavirus-Covid 19, ya parece evidente que el Gobierno ha reaccionado tarde y sin la contundencia que merecía una situación tan grave. La reacción tardía, y transmitiendo sensación de desorden, ha generado miedo e incertidumbre, dos factores que van a provocar un daño económico ya inevitable.

Cualquier medida que se tome ahora, aunque se debió reaccionar mucho antes, debe ser aplaudida, por supuesto. La salud de un único ciudadano debe estar siempre por delante de cualquier evento deportivo, social o cultural. Viendo lo que estaba ocurriendo en Italia, habiéndose anunciado que el Roma-Sevilla se iba a jugar a puerta cerrada, no tenía ningún sentido que se jugara a puerta abierta el Sevilla-Roma de la ida, ni que se pudieran desplazar a la capital hispalenses dos mil personas procedentes de un país en alerta máxima por la que ya se puede considerar pandemia.

El Sevilla-Roma sigue en el aire porque ha quedado cerrado el tráfico aéreo entre Italia y España, y tampoco es lógico que dejen salir a un equipo de fútbol de un país paralizado. No puede anteponer la UEFA sus intereses económicos al riesgo que supone que se dispute un encuentro de fútbol para la salud de los jugadores que lo disputen, de quienes asistan al mismo y, sobre todo, a la posibilidad de seguir contagiando a más personas en ambos países.

Después del partido europeo, llega el derbi a puerta cerrada al Sánchez-Pizjuán. Gran perjuicio para los aficionados, abonados, que han pagado para asistir a dos de los partidos más importantes de la temporada (los octavos de final de la Europa League y el derbi sevillano).

¿Cómo se les recompensa? Pagan las televisiones y mandan. Se juega, se televisa con el mínimo personal necesario para que la función no pare y, sin embargo, es posible que se permita a seguidores acudir a animar a los aledaños del estadio. Un nuevo regate al sentido común. Para colmo, la prensa queda vetada en el acceso al campo.

En España, lo lógico sería cerrarlo todo hasta nueva orden. ¿O no hay riesgo de contagio en autobuses, en el 'pseudometro' sevillano -una línea no es un metro, que implica una red-, en los gimnasios, teatros, cines, etc.? En el caso de fútbol, suspender y aplazar hasta que los contagios se vayan frenando. Se respetaría al aficionado -la esencia del fútbol-, se atajaría de raíz el problema y no se daría un nuevo motivo para desvirtuar una competición muy adulterada. Aunque haya Eurocopa y Juegos Olímpicos, aún queda tiempo suficiente para ajustar las fechas y poner en marcha un nuevo calendario.
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