Nos ha tocado vivir un momento histórico. Duro, extraño, inesperado. El
coronavirus está generando un impacto social y económico de consecuencias incalculables en estos momentos. Lo veíamos venir, pero nos ha costado tomar conciencia de la gravedad de la situación. De hecho, aún hoy miles de personas circulan por la estación de metro de Atocha sin atender a las recomendaciones de las autoridades cuando
ya se ha decretado el estado de alarma.
Nos ha llegado esta crisis sanitaria de forma repentina y con unos dirigentes al frente del Gobierno divididos, que han reaccionado tarde, que permitieron la
manifestación del 8-M aun sabiendo el riesgo que suponía para la salud de los ciudadanos (especialmente los madrileños) y que no actúan con la contundencia necesaria para atajar unos contagios que siguen en aumento (son incapaces, incluso, de practicar con el ejemplo).
A los neófitos en la materia nos costaba entender desde primera hora cómo se permitía viajar a Sevilla a dos mil seguidores de la Roma cuando ya se había decidido que el
Roma-Sevilla F.C. de vuelta se iba a jugar a puerta cerrada. Los compañeros de prensa italianos nos avisaban de la gravedad de la situación, de la importancia de la anticipación, como intuyo avisarían las autoridades chinas e italianas a las españolas, que han reaccionado tarde y mal.
Lo pasado, pasado está. Nos espera un incierto futuro -
en el mundo del deporte hay muchas competiciones en el aire- y un duro presente en el que, asumiendo responsabilidades individuales, debemos ayudar a frenar la curva de contagios para que el sistema sanitario pueda soportar la tensión a la que está siendo sometido.
En ED ya estamos, con todas las dificultades que conlleva, ejerciendo en la medida de nuestras posibilidades el
teletrabajo. Asumimos esa responsabilidad, nos quedamos en casa, pero también asumimos la
responsabilidad social que implica informar en este momento en el que tan necesaria se hace la información veraz de un medio que lleva casi
25 años sin faltar a su cita diaria con los lectores.
Ahí vamos a seguir cada día. Informando del coronavirus en todas sus vertientes, por supuesto en el impacto que está teniendo en el mundo del deporte. Como ha ocurrido en Italia,
los quioscos de prensa permanecen abiertos, y es que la
información objetiva y contrastada es un bien muy necesario en estos tiempos tan dados a los
bulos que circulan por redes sociales. Además de nuestra edición impresa, también pueden seguir la actualidad a través de ESTADIO en todos los
soportes digitales. No va a resultar fácil, pero es el momento de corresponder con nuestro esfuerzo a tanta fidelidad recibida.
Joaquín Adorna