Carga duramente contra Red Bull
El que fuera piloto de Red Bull, Liam Lawson, lanza un dardo por la falta de paciencia

Liam Lawson fue una de las grandes apuestas del futuro para Red Bull. Sin embargo, tras un inicio complicado, su aventura en Milton Keynes se truncó antes de despegar y acabó siendo sustituido por Yuki Tsunoda, quien hasta la fecha tampoco está rindiendo demasiado bien en la escudería austriaca, por lo que todo hace indicar que tan solo es Max Verstappen el que mantiene a Red Bull por muy por encima de su nivel. Ahora, el piloto neozelandés rompe el silencio y analiza tanto su breve paso por el primer equipo como su actual situación en Racing Bulls.

“No fue limpio ni fluido”: Lawson rompe el silencio
El comienzo de temporada de Liam Lawson estuvo marcado por la presión y las expectativas. Desde su llegada al primer equipo de Red Bull, el piloto neozelandés sabía que no habría margen de error, pero lo que no esperaba era que su tiempo se agotara tan rápido.
“Era consciente de que los resultados no eran suficientes, pero estaba centrado en mejorar y adaptarme. Entrar en un equipo así, en un coche así, requería tiempo, y eso fue lo que no me dieron”, reconoció Lawson en una entrevista para la Fórmula 1.
El joven piloto también explicó que su arranque no fue nada fácil: “Sin pruebas adecuadas, con problemas en los test y en los entrenamientos de Melbourne… nada fue fluido ni limpio”. La consecuencia fue su bajada inmediata a Racing Bulls, en favor de Yuki Tsunoda, un golpe que muchos pensaron que afectaría su confianza.
Nada más lejos de la realidad. “Entre las primeras carreras, el cambio de equipo y el viaje a Japón, mentalmente no cambió nada para mí. No hablé mucho del tema porque decidí centrarme en conducir. Se dijeron muchas cosas, pero mi confianza no ha cambiado desde que empezó el año”, zanjó el piloto de 23 años.
El desafío ahora está en la zona media
Ya asentado en Racing Bulls, Lawson se enfrenta a otro reto: destacar en una zona media cada vez más igualada. “La Fórmula 1 está muy reñida. Si el coche no está en la ventana ideal, cuesta mucho recuperar. Cada media décima cuenta”, explicó.
La clasificación se ha convertido en una auténtica lotería, donde un mínimo error puede costar muy caro. “Puedes ir camino de pasar a Q2 y un detalle en las últimas curvas te deja fuera. El coche ha mejorado últimamente y el objetivo es tener más carreras buenas de forma constante, no solo destellos aislados”, concluyó Lawson.