La inesperada y tardía designación de
Joaquín Caparrós como director de fútbol del Sevilla FC, tras fallarle al club varias de las opciones que había tanterado -véanse
Antonio Cordón o Ramón Planes-, dejó al utrerano con tan escaso margen de maniobra en verano que se le cerró la ventana estival sin poder redondear su primera planificación.
Ello, sin embargo, propició que Caparrós y su equipo trabajasen ya desde septiembre con la ideas muy claras respecto al mercado invernal. Buscaban
central zurdo, de complexión fuerte; un
futbolista dinámico para el centro del campo; y
un delantero del perfil de André Silva.
Y Caparrós cumplió con lo prometido, excepto en el último caso, pues
Munir El Haddadi se parece muy poco al portugués en cuanto estilo, si bien su fichaje, previsto para verano, tuvo que adelantarse por expreso deseo de un FC Barcelona que, a sabiendas de que lo tenía hecho con los nervionenses, consideraba que iba a ser un problema para su vestuario.
Lo de
Munas Dabbur, en cambio, fue inesperado. Su agente lo propuso durante el WyScout Forum y en el club, que manejaban buenos informes sobre el atacante israelí, decidieron lanzarse a por su fichaje, el cual se hará efectivo a partir de junio.
Hubo
10 jugadores en enero, con todo, que, bien por gustar, por ser simplemente ofrecidos o imposibles de fichar, no terminaron vistiendo de blanquirrojo. .