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Del éxtasis al confinamiento: el regreso de Leti Canales desde las Antípodas

Del éxtasis al confinamiento: el regreso de Leti Canales desde las Antípodas
Del éxtasis al confinamiento: el regreso de Leti Canales desde las Antípodas

Madrid, 18 mar (EFE).- A diferencia de otras veces, Leti Canales no tuvo un gran recibimiento a su llegada al aeropuerto de Bilbao. Tampoco lo esperaba. No porque su tercer puesto en el prestigioso Sídney Surf Pro no mereciese ser celebrado con honores, sino porque la coyuntura actual obliga a guardar distancias. El COVID-19 ha reformulado las normas de convivencia. Donde antes mandaban los abrazos, ahora imperan la protección y la cautela.

La surfista de Sopelana lo sabe por su hermana mayor. Trabaja en un hospital. "Lo primero que hizo cuando llegué de Australia fue desnudarme fuera de casa, desinfectarme y mandarme a la ducha. Fue todo un shock. Mi padre pertenece al grupo de riesgo", explica la surfista de Sopelana, todavía desperezándose del 'jet lag' y de las emociones vividas en la última semana.

Consiguió hacerse un hueco entre las mejores surfistas del circuito profesional y asaltar el top-10 del ránking mundial con una actuación sublime. Tenía la corazonada de que podría rendir a un gran nivel, según se desprende de una conversación telefónica con su madre. Le confesó que tenía "las mismas sensaciones" que cuando logró el segundo puesto en Pantín. El tercer lugar en Sídney tiene, sin embargo, más valía. "Este es el campeonato que más puntos tiene (10.000); fue en Australia, donde el surf es deporte nacional; y, entre todas las 'top', yo quedé tercera", subraya Leti Canales.

Mejoró incluso el pronóstico de su entrenador. Jatyr Berasaluce auguró que su pupila sería quinta nada más ver su conexión con el océano en la primera y en la segunda ronda.

Durante las dos jornadas siguientes, de descanso, empezaron a sobresaltarles las noticias que llegaban desde Europa. La situación se complicaba en Italia. Crecía igualmente el número de contagios en España.

"En esos momentos, yo conseguí seguir centrada en el campeonato. Todo cambia el día que me tengo que enfrentar a Molly Picklum. Me voy a entrenar al agua y un gerente de la World Surf League me dice que se suspende nuestra próxima competición, que debía ser en Nueva Zelanda, por el COVID-19. Me entra ansiedad. Ahí me doy cuenta de la gravedad del problema. Lo primero que hago es mandarle un vídeo a mi madre. Le pregunto qué está pasando en casa, si están todos bien. Me empiezo a agobiar. Además, por megafonía dicen que el campeonato se va a acabar ese mismo día por el coronavirus, que el domingo no va a haber campeonato porque el gobierno australiano prohíbe cualquier evento", recuerda.

Ella decidió mantener el foco en la competición. Ya tendría tiempo para pensar en volver a casa. Reconoce "que el sábado fue un día caótico". Pero se centró en coger las olas frente a Molly Picklum. "Me puse de inicio a fin primera. En los últimos minutos guardé mi posición. Entonces mi entrenador entró en el agua: ¡Leti, que estás en semifinales! ¡Qué pasada! ¡Te lo dije! ¿Quinta? ¡No! ¡Ahora vas a ser tercera!", rememora.

Los comentaristas la apodaron "la asesina silenciosa". Había sido capaz de apear a Johanne Defay, Keely Andrew o Molly Picklum, entre otras.

Leti Canales apuntó sin miedo al duelo ante Carissa Moore, la vigente campeona del mundo.

"Fue complicado competir contra ella, por algo es campeona del mundo. Conseguí remontar y entrar en la manga, pero me faltó una última ola. La hice sudar, eso sí, en los últimos minutos se puso un poco nerviosa", bromea.

La surfista vasca apenas tuvo tiempo para disfrutar su histórico tercer puesto -"sólo acerté con las decisiones", apostilla con modestia- en Manly Beach.

"Fue increíble quedar tercera, pero en ese momento yo solo quería volver a casa. Pensé en quedarme en Australia o irme a Perú, porque tengo familia allí. Pero esto es un problema global y, si debía hacer cuarentena, prefería hacerla en casa. Cogí el primer billete que pude y empezó la agonía. No sabía si podría viajar porque el pasaporte español estaba ya restringido en algunos sitios. Finalmente, viajé vía Londres", dice.

Ya en casa, le toca dejar que termine "esta pesadilla". De momento no tiene síntomas, aunque se mide la temperatura tres veces al día.

"El Basque Team me ha autorizado para entrenar en el CTP, porque vivo allí. Pasaré ahí la cuarentena, el tiempo que dure", asegura.

Ella y otros cuatro deportistas tendrán a su disposición un gimnasio. Podrá hacer el entrenamiento físico. El surf queda prohibido.

"Supongo que tardaremos unas semanas en llegar a la playa y que tal vez necesitemos algún permiso. Ya veremos qué solución nos dan, pero ahora es lo de menos. Ahora mismo, como deportista, hay que dar ejemplo y estar en casa. Hay que ser responsable. Yo estuve en China y cuando se dio el brote allí lo contaba como una anécdota. No hubiese pensado en la vida que esa peli de miedo vendría hasta aquí", confiesa.

Este combate inesperado contra el COVID-19 le hace aparcar -al menos de momento- el sueño olímpico. La federación internacional ha paralizado sus competiciones y queda en el aire el preolímpico de El Salvador que podría abrirle las puertas de Tokio.

"Yo no me quiero meter en ese debate, pero lo más lógico sería que se aplazasen los Juegos Olímpicos. Estamos ante una emergencia mundial y la salud no puede ser puesta en riesgo. Ahora premia la familia, que estemos todos sanos y bien", sentencia Leti Canales.

Lucía Santiago