ANÁLISIS | FÚTBOL ATLÉTICO MADRID

El jeroglífico del Atlético

El jeroglífico del Atlético
El jeroglífico del Atlético - Iñaki Dufour (Madrid)
EFEEFE8 min lectura
Derrotado en Eibar por 2-0, el Atlético de Madrid reincidió en sus problemas fuera del Wanda Metropolitano, aún muy lejos de la regularidad como visitante en esta temporada de la Liga; un jeroglífico aún irresoluble para Diego Simeone y su equipo, que sólo han ganado seis de sus últimas 18 salidas en el torneo.

 

Aunque sólo ha caído en dos de sus diez desplazamientos del curso en el campeonato, este sábado en Ipurua y en la cuarta cita por 2-0 contra la Real Sociedad en el Reale Arena, la cansina secuencia de empates ha completado el decepcionante rendimiento hasta la fecha a domicilio del conjunto rojiblanco, con nada más 14 de 30 puntos.


Sólo había sumado tan poco a estas alturas en una de las siete campañas completas precedentes del técnico argentino al frente del Atlético; en la primera, en 2012-13, cuando aún no fue capaz de competir por la Liga contra el Barcelona y el Real Madrid. Cuando lo consiguió, un año después, en diez salidas conquistó 25 puntos. Son 11 más que ahora. En 2015-16 resolvió ese tramo con 22 de 30 puntos.


Una diferencia sustancial para un equipo que ya no es lo que era, ni mucho menos, cuando sale lejos de su estadio, entonces el Vicente Calderón y ahora el Wanda Metropolitano. Lo evidencia, por ejemplo, que sólo haya ganado tres de sus diez visitas ligueras de la campaña. Lo mismo le ocurrió hace un año. Antes, siempre ganó más.


La fiabilidad del Atlético en sus últimos 18 partidos foráneos en la Liga -los ocho finales del pasado curso y los diez primeros del actual- se reduce al 33,3 por ciento. Ha vencido nada más seis de esos encuentros; las mismas veces que empató o perdió. Trasladado a los puntos, el Atlético ha perdido 30 de esos últimos 54 puntos.


El baremo de goles a favor y en contra en todo ese periodo como visitante también está equilibrado, 18 a 18. Lo mismo que le ocurre ahora, con ocho a favor y ocho en contra esta campaña, con todo lo que significa ese dato para un equipo cuyas aspiraciones no admiten términos medios ni una media así, sino ganar casi siempre.


No lo hace el Atlético. Y por ahí, la Liga se escapa. No lo ha hecho del todo, quizá, con los ocho puntos de desventaja actuales respecto al liderato, pero sí más que hace una semana, mientras agota su margen de error, más aún para su siguiente desplazamiento en el torneo, cuando visite al Real Madrid el próximo 1 de febrero.


El conjunto blanco, por ejemplo, ha generado una diferencia de siete puntos al equipo rojiblanco cada vez que ha resuelto una salida liguera sin victoria. El Real Madrid aprovechó las derrotas o empates fuera del Atlético con 14 puntos de beneficio; al revés, el bloque de Diego Simeone lo hizo de su adversario en siete puntos. Con el Barcelona, en cambio, los números son mucho más equilibrados.


MÁS QUE UN PROBLEMA DE GOL


Hay factores diversos y coincidentes en las visitas sin éxito del Atlético, que sólo añade una victoria más si se suman las tres salidas de la Liga de Campeones de este ejercicio (dos derrotas y un triunfo): la falta de claridad ofensiva, no sólo en la pegada, sino también en la profundidad y la generación de ocasiones, demasiado previsible e impreciso, pero también la fragilidad en las acciones defensivas a balón parado, los inicios de los partidos, los primeros tiempos, los planes para abordar los choques, la presión fallida, los tramos de desconcentración, los momentos sin intensidad...


En ataque, el Atlético sólo ha marcado ocho goles en sus 10 partidos fuera en esta Liga. Mientras los ocho tantos en contra suponen un balance defensivo dentro de la normalidad, entre medias de los mejores y los peores a lo largo de esta era a estas alturas, las ocho dianas a favor son el peor registro ofensivo con Simeone.


El conjunto rojiblanco se ha adelantado en el marcador cinco veces, de las que ganó tres y sufrió el empate en dos; en cambio, comenzó por detrás en tres ocasiones. Y en ninguna ganó. Ni en las dos derrotas contra la Real Sociedad (2-0) y el Eibar (2-0) ni en el empate contra el Sevilla, aunque entonces sí hizo méritos (1-1).


Sólo seis futbolistas suyos han marcado algún gol a domicilio. Y nada más uno, Álvaro Morata, ha aportado más de uno, con tres. Joao Félix sólo ha logrado uno. Y sólo una de las ocho veces que ha batido la portería contraria corresponde al primer tiempo, el 0-1 de Diego Costa en Mallorca. Las otras siete, a la segunda parte.


Una muestra también de la bipolaridad del equipo como visitante, dentro de un mismo partido. En Ipurua acusó su puesta en escena. Su plan inicial. Sin ambición. Tan repetitivo en el debe del Atlético como las explicaciones en ese sentido a pie de campo de Saúl Ñíguez al término de varios partidos en los micrófonos de 'Movistar'.


6 de octubre. 0-0 en Valladolid. "La primera parte no hemos entrado como teníamos que entrar. Ya son varias veces que nos pasa lo mismo. Y la segunda parte siempre vamos remando, cuando nos tenemos que dar cuenta de que tenemos que ir a por los partidos desde el primer minuto", dijo entonces el centrocampista español.


6 de noviembre. 2-1 en Leverkusen. "Otra vez hemos tirado la primera parte, como muchas veces esta temporada. No hemos estado y cada vez queda menos tiempo y tenemos que aprender ya (...) Parece que vamos remando siempre contra corriente en la segunda mitad, porque regalamos la primera. Y esto no tiene que ser así", afirmó.


Este sábado. 2-0 en Eibar. "El inicio otra vez fue malo. Ya ha sido muchas veces esta temporada. El problema es de los jugadores, individualmente de cada uno, de meterse en el partido. Ellos han tenido tres ocasiones, han marcado la tercera, y luego vamos con una marcha menos, porque tienes que llevar cuidado que no te metan el segundo pero intentando atacar", resumió en el lateral izquierdo.


El 1-0 en contra, en el minuto 10, fue a balón parado. De la misma forma que ha recibido tres de sus últimos cinco goles como visitante; otro problema de suma incidencia en el presente del Atlético, que mantiene una irregularidad aún irresoluble cuando sale fuera de su hábitat. Por ahí perdió la Liga hace un año y puede hacerlo éste. No suma dos victorias seguidas fuera desde marzo.

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