Dos golazos, el primero de Vinicius precedido de polémica -otra vez- y el segundo de Sergio Ramos, de falta directa, devuelven el liderato a un Madrid que no apabulla como en otros tiempos, pero que se está mostrando muy fiable desde que regresó del campeonato. El Mallorca, que tuvo durante muchos minutos el control del balón, demostró su falta de contundencia arriba y, tras la victoria del Celta, se complica mucho su supervivencia en Primera.

 

Zidane sorprendía con un once muy ofensivo, cuatro jugadores en la zona de ataque y Valverde Modric en el centro del campo. Justo lo contrario de un Vicente Moreno que acumulaba muchos hombres en este mediocampo.

 

Como era de esperar, el equipo blanco comenzó apretando, pero sin dominar como otras veces ante un Mallorca le salía respondón, intentana hacerse con el balón y, de hecho, lo tenía en los primeros cinco minutos, en los que el único acercamiento era suyo.

 

Pero este Madrid tiene demasiada pólvora arriba. Dos paradones de Reina en el minuto 7 evitaron que, primero, Benzema tras un error defensivo y, luego, Bale con un disparo desde el borde del área, adelantasen al Madrid.

 

Eso podría intimidar al Mallorca, que no se amilanaba y contestaba al minuto siguiente con un disparo lejano de Baba que Courtois sacaba con una mano. Instantes después, el meta belga sacaba otra a Lago Junior. Incluso Kubo se atrevía, pero su disparo lo rechazaba la defensa. La doble ocasión blanca fue una isla en unos primeros quince minutos de control balear.

 

El Madrid seguía esperando y buscaba las contras aprovechando los huecos y todo el potencial que tiene arriba. Como ante el Valencia, la conexion Modric-Hazard funcionaba, pero Vinicius, que entraba por la izquierda, no lograba conectar un buen disparo con todo a favor. La primera erró, pero dos minutos después (19') no. El brasileño definía de forma espectacular ante Reina. Como en San Sebastián, el gol traerá cola. Los baleares protestaron y pideron una falta previa de Carvajal sobre Pozo. Melero López no la había señalado y mantuvo su criterio.

 

Tres minutos después se repetía la entrada del brasileño, que volvía a romper la defensa balear. Vinicius repetía definición, pero su espectacular vaselina se estrellaba en el larguero. 

 

Después del gol, el Madrid se hacía con las riendas del partido y atacaba sin descanso. Hazard culminaba una larga jugada con un disparo que se iba fuera por poco. No obstante, el Mallorca no se rendía y encontraba un filón por la banda de Carvajal, que se estaba viendo desbordado por Lago Junior.

 

Tras el parón de hidratación, el juego bajó su intensidad después de una primera media hora en la que los dos equipos se habían empleado a fondo. El Mallorca seguía presionando más y controlando, aprovechando la superioridd numérica en el centro del campo, pero sólo le servía para evitar más contras de un Madrid que no sufrió en estos últimos minutos y acabó llegando al descanso con esa mínima ventaja.

 

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Poco cambiaba el panorama en la segunda mitad para un Madrid que esperaba un robo para decidir y amenazaba la portería de Reina cada vez que tenía el balón, y un Mallorca que seguía tratando de atacar con la pelota aunque sin profundidad. El Madrid se sentía muy cómodo en esa situación, en la que sus oportunidades llegaban con cuentagotas, pero no sufría. Benzema, con un disparo que lograba atraptar el meta balear y Bale amenazaban en los primeros diez minutos.

 

Con ese panorama, tarde o temprano tenía que llegar el gol. Pero lo hizo a balón parado, tras una falta al borde del área que Sergio Ramos clavó en la escuadra de Reina. Al meta visitante sólo le quedó mirarla.

 

El poderoso siempre aparece y si a eso añadimos que cuando el pequeño tiene oportunidad no la aprovecha... Budimir tuvo el empate en su cabeza. Solo, al borde del área pequeña, cabeceó a placer, pero lo hizo muy centrado y el balón acabó en las manos de Courtois. 

 

Lo que el Mallorca también dejó claro es que tiene a una perla en sus filas, aunque ésta pertenece a su rival de hoy. Viendo que no encontraba profundidad, Kubo se fabricó una jugada personal en la que se fue de tres contrarios hasta ponerse de tiro, pero su disparo se estrelló contra el exterior de la red.

 

Conforme pasaban los minutos, la presión del Mallorca bajó y el Madrid empezó a tener más el balon y a alargar sus posesiones, bajando un punto el ritmo del encuentro, algo que le beneficiaba en un partido que, a estas alturas, tenía totalmente controlado. Vicente Moreno respondía y refrescaba un equipo muy cansado, pero los blancos, con la entrada, primero de Kroos y, después, de Asensio e Isco se hacían con el centro del campo y marcaban el nuevo 'tempo' del partido.

 

Tal era la tranquilidad que transmitía la situación que Zidane apostaba en los últimos minutos por sacar a Brahim y Mariano, dos de los jugadores con los que menos cuenta. Su sustitución coincidía con un momento histórico: el debut del argentino-mexicano Luka Romero con sólo 15 años.

 

Un disparo de Brahim, que Reina sacó con la punta de los dedos acabó con el sopor en los últimos minutos. Aún le dio tiempo a Sedlar para quitarle un gol cantado a Mariano. Los poco habituales tenían ganas, pero el partido no dio para más.