OPINIÓN

El Cristo de la Salud, la devoción de un amigo

El Cristo de la Salud, la devoción de un amigo
Cristo de la Salud de la Hermandad de San Bernardo. - Fran Delgado
Fran DelgadoFran Delgado2 min lectura
Esta historia la situamos a principios del milenio. Yo vivía los prolegómenos con la emoción de un niño que estaba a punto de estrenarse. Antifaz, capa, guantes y zapatos negros. Túnica morada. Cíngulo de ambos colores. Mi madre combinaba los nervios con la preocupación. Aún no se cree que aquel pequeño nazareno completase la estación de penitencia. El cirio era más grande que un servidor. Confieso que me sentía un poco protagonista. La inocencia de un niño.

Desde entonces, guardo en mi corazón al Cristo de la Salud y a la Virgen del Refugio. Años más tarde descubrí que eran las devociones de un buen amigo. Sus devociones ocultas. Entre risas y juegos en el colegio, ambos esperábamos con ilusión la llegada de la Semana Santa. Así continúa siendo hoy. Una amistad auténtica. He echado de menos su nerviosismo conforme se acerca su día. Incluso viendo cofradías tiene la mente en su Señor.

Vivirá este Miércoles Santo con el recuerdo de quien le enseñó a disfrutar de nuestras cofradías. Buscará en su baúl aquellos programas de mano y estampas de otro siglo que guarda como un tesoro. Herencia familiar que este año tiene más valor que nunca. Sin saberlo, acompañé a su devoción. La devoción de un amigo.
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