Waterpolo

España se consuela con el bronce en el Mundial de waterpolo

La selección española masculina logró un valioso tercer puesto en el Campeonato del Mundo que se llevó a cabo en la ciudad de Fukuoka, Japón

España se consuela con el bronce en el Mundial de waterpolo
Imagen de la final ante Serbia - Twitter / @RFEN_Oficial
José Antonio RiveroJosé Antonio Rivero 3 min lectura

Este sábado, la selección española masculina de waterpolo escribió una página memorable en la historia del deporte acuático al conquistar la medalla de bronce en el prestigioso Campeonato del Mundo celebrado en la ciudad japonesa de Fukuoka. Después de una amarga derrota en las semifinales ante Hungría, el equipo español demostró su resiliencia y determinación al imponerse en un emocionante enfrentamiento contra Serbia, con un marcador final de 6-9.

El partido comenzó con intensidad, y desde el primer esprint ganado por Martin Famera, la selección española dejó en claro su hambre de victoria. A pesar del gol inicial de Serbia, el equipo español no se amilanó y respondió rápidamente con goles de Álvaro Granados y Álex Bustos, dando vuelta al marcador a su favor. A lo largo del encuentro, Edu Lorrio, el portero español, se convirtió en un pilar fundamental, realizando importantes intervenciones que mantuvieron a España en la delantera.

El encuentro fue una auténtica batalla en el agua, con ambas selecciones buscando el podio con ahínco. Nikola Jaksic y Strahinja Rasovic fueron los artífices de algunos de los goles serbios, pero Álvaro Granados, con su impecable actuación, se convirtió en el goleador estrella del equipo español, guiando el camino hacia la victoria.

Con el paso de los minutos, España demostró su fortaleza y habilidad táctica, logrando ampliar la ventaja en el marcador gracias a los acertados tiros de Alberto Munárriz y el talentoso Felipe Perrone. Este último, en un gesto de coraje y entrega, dejó en claro su valía anotando un doblete que aseguró la ventaja definitiva para el equipo español.

Aunque en los últimos segundos del partido, un golpe de mala suerte permitió a Serbia anotar un gol más, ya era demasiado tarde para cambiar el destino del encuentro. La selección española saboreó la dulce victoria mientras el bocinazo final resonaba en el estadio. Esta vez, las lágrimas fueron de alegría y orgullo, ya que el esfuerzo y la dedicación del equipo les valieron la medalla de bronce, un reconocimiento a su arduo trabajo y compromiso.

La emoción y el júbilo se desbordaron entre los jugadores y el cuerpo técnico, así como entre los aficionados españoles que, desde la distancia, habían seguido con fervor cada partido del campeonato. La medalla de bronce se convirtió en un símbolo de la grandeza del waterpolo español y en una inspiración para futuras generaciones de deportistas que sueñan con representar a su país en las competiciones internacionales.

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