A falta de que el
PSG lo arregle con
Blanc y, posteriormente, con
Emery, el
Sevilla lo tiene claro. Al menos, entre qué dos técnicos va a salir el sustituto del vasco.
Jorge Sampaoli y Rudi García tienen algunas cosas en común. A ambos, como a Unai, les gusta tener todo controlado.
Son muy apasionados de su trabajo, guardan gusto por el fútbol de ataque y comparten el deseo de entrenar en la liga española.
El argentino (Juan Aurich, Sport Boys, Bolognesi, O’Higgins, Emelec, U de Chile y Chile) es un Bielsa cuerdo -como
Monchi, Sampaoli vive enamorado del ‘Loco’, con el que habla por correo electrónico habitualmente, pero al que no desea conocer en persona para no desmitificarlo-. Es decir, tiene una idea clara de juego, pero no muere con ella: la varía en función del rival, tras estudiar cómo hacerle daño.
Sin balón, le gusta la presión constante y alta, por eso aprieta mucho a sus jugadores en el apartado físico. Tras la recuperación, adora la transición rápida, con delanteros veloces y móviles, no estáticos. Para el ataque posicional, mientras, prefiere empezar tocando desde atrás, con defensas que tengan buen trato de balón, como los mediocentros, futbolistas con talento a los que les inculca el trabajo para la resta.
Suele jugar con 4-3-1-2 o 3-4-1-2, siempre con la figura del mediapunta y sin extremos, pues los costados suelen ser ocupados bien por carrileros, bien por los dinámicos atacantes. A
Sampaoli no le gusta el fútbol moderno, según dice. Sólo el del Bayern de Guardiola, de ahí que se ayude de Juanma Lillo, quien más ha influido en el catalán, junto con Cruyff. Su media de puntos como entrenador es de 1,94 por partido: 57,9% de victorias, 20,8% de empates y 21,3% de derrotas.
Rugi García (AS Corbeil-Essonnessí, Saint-Étienne, Dijon, Le Mans, Lille y Roma) logra de media 1,69 puntos (46,7% de triunfos, 28,4% de igualadas y 24,9% de encuentros perdidos). El francés, que domina bien el idioma español -como Claude Puel-, al tener familia en Garrucha (Almería), localidad que suele pisar cada verano, apuesta igualmente por el fútbol de ataque, aunque suele hacerlo siempre sobre un 4-3-3 y pensado más en explotar sus propias virtudes que en minimizar las del adversario. A
Rudi le gusta el 'tiki-taka', completar encuentros con posesiones largas, entradas constantes por las bandas, con laterales y extremos, y un delantero más de área, apostando por un pivote defensivo que mantenga el equilibrio. Para la resta es menos agresivo que
Sampaoli, si bien, como el argentino, también sabe ganar títulos.
Carlos Pérez3 min lectura