La herencia es una motivación para Montella

La herencia es una motivación para Montella
Montella tiene el reto de mejorar lo que han hecho sus compatriotas en España. - F. Mateos
Fernando MateosFernando Mateos 4 min lectura
Tras la destitución de Eduardo Berizzo, la cúpula dirigente nervionense ha buscado un golpe de efecto con la contratación de Vincenzo Montella. Una apuesta esperanzadora para unos, dado su currículum, su juventud y su estilo ofensivo que se adapta, sobre el papel, a las cualidades de la plantilla; y arriesgada para otros, ya que no conoce la Liga. Además, se trata del primer entrenador italiano en la historia del Sevilla. Un fútbol, el transalpino, que siempre ha rivalizado con el español y que ha mostrado su grandeza en Europa con los éxitos de su selección y, más recientemente, con los de sus entrenadores en el extranjero, llámense Mancini o Conte. Sin embargo, lo cierto es que ni han sido demasiados los compatriotas del napolitano que se han sentado en los banquillos españoles ni muchos los éxitos conseguidos.

En concreto, antes de que Montella se estrene el próximo 3 de enero en Copa del Rey ante el Cádiz, sólo ha habido ocho entrenadores italianos en Primera división, siendo Sandro Puppo, que clasificó a Turquía para el Mundial del 54 en detrimento de España, quien abrió la veda en la temporada 54-55. El transalpino dirigió al Barça de Kubala, Basora o Luis Suárez, pero sólo pudo ser segundo, a cuatro puntos del Madrid.

No fue hasta los años ochenta cuando el Zaragoza retomó la vía italiana, contratando a Enzo Ferrari, hasta entonces entrenador del Udinese, que también duró una sola campaña en el conjunto maño (84/85), al que dejó décimo en la tabla, lejos de los puestos europeos que buscaba el club, y en semifinales de la Copa del Rey.

Ya entre los años noventa y el presente siglo, la corriente transalpina sí ha sido algo más habitual en nuestro país, siendo el Real Madrid el que mejor tajada le ha sacado, con dos técnicos también vinculados días atrás con el Sevilla. No en vano, el único entrenador italiano con un título de Liga en su palmarés es Fabio Capello, que lo hizo además por partida doble en sus dos campañas al frente del conjunto blanco (96/07 y 06/07). También cosechó éxitos con los merengues Carlo Ancelotti, que levantó la Décima Copa de Europa, aunque no logró asaltar el cetro liguero en sus dos campañas (13/14 y 14/15).

Entre medias, en la 97/98, llegó al Valencia el que sigue siendo el entrenador italiano con más partidos en la Liga: Claudio Ranieri. El actual preparador del Nantes completó dos buenas campañas en el cuadro che, brillando especialmente en la segunda (cuarto en Liga y campeón de Copa), lo que le valió el pasaporte para un Atlético de Madrid donde fracasó, encaminando al equipo colchonero hacia Segunda antes de ser sustituido en la jornada 26. Tampoco le fue mucho mejor en su segunda campaña en Mestalla, donde volvió a ser despedido (04/05).

Y es que esa ha sido la tónica común del resto de entrenadores italianos en España, todos ellos cesados por sus clubes. Fue el caso del afamado Arrigo Sacchi, que sólo permaneció 22 partidos en el Atlético (98/99), lejos de su etapa gloriosa en el todopoderoso Milan. Menos aún duró Cesare Prandelli, el penúltimo en aterrizar hasta ahora, en el Valencia, donde dimitió el pasado curso después de sólo ocho encuentros. Uno más de los que ha dirigido esta misma campaña al Alavés Giovanni De Biassi, que ha corrido la misma suerte que en la 07/08 al frente del Levante, al que cogió y dejó colista. Unos precedentes que Montella querrá enterrar.
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