Parte de guerra de la 'batalla' cainita

A pesar de lo que había en juego y de que el ambiente se encontraba caldeado, el clima del derbi no traspasó la línea de la típica tensión en este tipo de encuentros para convertirse en una batalla campal. Hubo algún que otro encontronazo en el choque y tanganas puntuales -como la de la imagen de la derecha- pero, más allá de las continuas imprecisiones de ambos equipos, se jugó más tiempo del que se podría esperar.
Sin embargo, el duelo cainita ha dejado un llamativo parte de guerra tras su disputa, incluso tatuado en el cuerpo de uno de los futbolistas. Es el caso de Roque Mesa, que ayer publicó una foto en su piscina en la que se puede apreciar con nitidez la marca de los tacos de la bota de Guardado en su hombro izquierdo. Y es que el mexicano se los clavó durante la primera parte en una acción en la que impactó con fuerza en el futbolista canario, quien no hizo ningún tipo de teatro y apenas si se quejó pese a la potencia y lo aparatoso del golpe. Cuando se dio cuenta de que había impactado contra un rival, Guardado encogió la pierna, lo que no evitó dejar una herida en el cuerpo del centrocampista nervionense. El colegiado castigó la entrada con tarjeta amarilla al azteca al considerar que no hubo voluntariedad.
Precisamente fue el mexicano otro de los damnificados en el parte de guerra, si bien, en su caso, las molestias las arrastraba de antaño. El futbolista, con un golpe en el peroné y dolencias musculares, decidió forzar para jugar el derbi y pronto se resintió, si bien, como luego reconoció Setién, quiso resistir lo más posible, jugando desde la media hora con dolor y siendo relevado en el descanso. Por su parte, el sevillista Escudero hizo todo lo posible para disputar el choque e incluso se infiltró para hacerlo con el dedo meñique del pie izquierdo roto, lo que demuestra su enorme compromiso. El pucelano no estará en la despedida por acumulación de amarillas.
Sin embargo, el duelo cainita ha dejado un llamativo parte de guerra tras su disputa, incluso tatuado en el cuerpo de uno de los futbolistas. Es el caso de Roque Mesa, que ayer publicó una foto en su piscina en la que se puede apreciar con nitidez la marca de los tacos de la bota de Guardado en su hombro izquierdo. Y es que el mexicano se los clavó durante la primera parte en una acción en la que impactó con fuerza en el futbolista canario, quien no hizo ningún tipo de teatro y apenas si se quejó pese a la potencia y lo aparatoso del golpe. Cuando se dio cuenta de que había impactado contra un rival, Guardado encogió la pierna, lo que no evitó dejar una herida en el cuerpo del centrocampista nervionense. El colegiado castigó la entrada con tarjeta amarilla al azteca al considerar que no hubo voluntariedad.
Precisamente fue el mexicano otro de los damnificados en el parte de guerra, si bien, en su caso, las molestias las arrastraba de antaño. El futbolista, con un golpe en el peroné y dolencias musculares, decidió forzar para jugar el derbi y pronto se resintió, si bien, como luego reconoció Setién, quiso resistir lo más posible, jugando desde la media hora con dolor y siendo relevado en el descanso. Por su parte, el sevillista Escudero hizo todo lo posible para disputar el choque e incluso se infiltró para hacerlo con el dedo meñique del pie izquierdo roto, lo que demuestra su enorme compromiso. El pucelano no estará en la despedida por acumulación de amarillas.