El
calendario de esta campaña se ha diseñado sin una
estructura simétrica, por lo que la
segunda vuelta no sigue al orden de la primera y las jornadas no se corresponden. Dicha asimetría ha propiciado un
guiño a los intereses nervionenses si se atiende al tramo inicial de la competición, puesto que este fin de semana, en el segundo choque tras superar el ecuador, el
Sevilla recibe en el
Ramón Sánchez-Pizjuán al
Levante, equipo contra el que reaccionó en el que hasta ahora se erigía en el peor momento del proyecto de
Machín.
No en vano, los hispalenses se presentaban en el
Ciudad de Valencia después de
tres partidos sin ganar ni marcar, con empate ante el
Villarreal y derrotas dolorosas contra el
Betis y el
Getafe en casa. Entonces, Machín, lastrado por las
lesiones, llevó a cabo una
revolución en el sistema que lanzó al equipo, apostando por
dos puntas (André Silva y Ben Yedder) y el
tridente de ‘jugones’ (Sarabia, Banega y Franco Vázquez) en la sala de máquinas. Fórmula que, más allá de los retoques obligados por las ausencias y la carga de partidos, ha utilizado desde entonces y de la que ha obtenido un
rédito considerable. Aquel día se impuso por
2-6 al Levante en una exhibición de
efectividad que luego tuvo continuidad contra el
Real Madrid y que sirvió para espolear a los blanquirrojos.
No obstante, parece que aquella ecuación de tanto éxito
se ha agotado y Machín debe replantearse nuevamente su puesta en escena para despegar otra vez y dejar atrás la que se ha convertido ya en la
peor racha de su etapa en Nervión, con
cuatro encuentros sin imponerse en LaLiga y un
2 de 12 preocupante en todos los sentidos. Los puntales de su estilo
flaquean, y quizás ha llegado el momento de realizar cambios, de dar entrada a jugadores que piden paso, como
Amadou para reforzar el centro del campo, o reformular los planteamientos lejos de casa.
No obstante, con el crédito dañado por las últimas actuaciones, el Sevilla dispone el próximo sábado de la
oportunidad de protagonizar una nueva catarsis ante el mismo rival que en la primera vuelta. Un Levante que relanzó a los de Machín y de nuevo se cruza en el camino sevillista cuando más necesita un triunfo para
enterrar las dudas.