LA CRÓNICA

Lazio 0-1 Sevilla: Un amor tan eterno como Roma

Lazio 0-1 Sevilla: Un amor tan eterno como Roma
El Sevilla hizo el 0-1 tras una magnífica contra. - Álvaro Palomo
Álvaro PalomoÁlvaro Palomo 7 min lectura
El tiempo en el que sus caminos se separaron no ha menoscabado ni un ápice la química entre ellos, ni ese sentimiento tan recíproco como intenso que les une y ha propiciado un idilio pleno de magia. No ha importado la distancia ni que el Sevilla atravesara por un momento de dudas, porque en cuanto ha sonado la llamada de la Europa League el equipo se ha abrazado a la competición de sus amores con un despertar de sensaciones que parecían perdidas. Porque ayer, en el Olímpico de Roma, regaló a los suyos su versión más pasional, más impetuosa... Es un amor de muchos años ya y los hispalenses lo correspondieron con una actuación mayúscula plena de madurez, tanto que el resultado sabe a poco, ya que controló de principio a fin, sustituyendo su fluir timorato a domicilio por los latidos del pentacampeón, a base de ambición e inteligencia en el planteamiento y de talento en la ejecución. El Sevilla lo lleva dentro y lo dejó salir en una declaración en toda regla en la 'Ciudad Eterna' con la que recupera el pulso, recupera crédito y se acerca a octavos.

Sin especulaciones
Machín, con las molestias de Promes y Carriço como condicionantes, desplegó el que considera su once más competitivo, con los tres 'jugones' en la medular en detrimento de Roque Mesa y la entrada de Mercado por el portugués. Además, Navas recuperó su lugar en la derecha y Escudero repitió en la zurda.

El equipo base pero con una actitud de inicio muy distinta a la exhibida por el Sevilla lejos de Nervión, sin ningún tipo de complejos y con personalidad. En este sentido, propuso una presión adelantada en campo de una Lazio que finalmente no pudo contar con su 'killer' Immobile y que se vio forzada a abusar del juego directo con las consecuentes recuperaciones rápidas de los nervionenses. Una vez con el esférico, los de Machín lo gestionaron con inteligencia a partir de una alternancia en la generación entre Franco Vázquez y Banega, que se ofrecían para distribuir, con el 'Mudo' especialmente inspirado. Conducía, daba pausa y abría para que el Sevilla marcara el tempo del choque y se empezara a aproximar al área italiana. La Lazio, ante esta situación, prefirió esperar a una salida rápida lanzada por Luis Alberto, pero los hispalenses, muy ordenados, se replegaban con velocidad y cerraban espacios con solvencia. La lectura del partido rayaba la perfección y la alcanzó cuando decidió permitir a los anfitriones salir un poco de la cueva, porque, al fin y al cabo, como más cómodo se siente el Sevilla es en las transiciones rápidas.

Avisó con una acción que terminó con un centro de Ben Yedder que un zaguero le arrebató al 'Mudo'. Preludio de una contra de manual desde el área propia, habilitada por Sarabia, conducida por Escudero y culminada por Ben Yedder al empujar el pase de la muerte del propio Sarabia. 0-1 en el 22'. Respondía al modelo que busca Machín. Un Sevilla serio, disciplinado y que maximiza los espacios con verticalidad. Había conseguido el primer objetivo, marcar fuera, y, tras hacerlo, mantuvo la misma pose, frenando cualquier intento de reacción inmediata de la Lazio, que, eso sí, dispuso de una ocasión para empatar malograda entre Vaclik y Kjaer.

La réplica sevillista la desperdició André Silva al elegir mal delante de Strakosha después de zafarse de su marcador. Se percibía a un Sevilla seguro de sí mismo que ahora debía prolongar su hegemonía en la reanudación ante un rival ya sin Luis Alberto, sustituido por molestias en el primer tiempo, ni Parolo, también lesionado. Y la sensación de control persistió en el arranque, imponiendo el son que le convenía a partir de la posesión para apagar la presumible impetuosidad biancoceleste en busca del empate, necesidad que propició que con el paso de los minutos la Lazio subiera la presión, lo que le otorgó un mayor protagonismo con el esférico pero también más verde al Sevilla para percutir a su espalda. De hecho, tras un remate alto de Luiz Felipe, los de Nervión coleccionaron oportunidades, las dos primeras de Escudero, la segunda salvada por Acerbi bajo palos, y la siguiente para André Silva con un cabezazo arriba. Inquietaba en cada acercamiento, reflejo de que creía en su propuesta, y no realizaba ninguna concesión en la resta, con basculaciones y coberturas precisas, a un rival superado que sólo llegaba a fogonazos, con balones colgados repelidos con autoridad por la zaga.

En cambio, los de Machín acariciaron el segundo en una salida en tromba, pero el 'Mudo' dudó cuando debió disparar y dejó pasar la ocasión de encarrilar la eliminatoria. Porque el Sevilla pudo hacerlo con una superioridad generalizada y ocasiones claras, si bien el 0-1, acompañado de una imagen completamente recompuesta, le brinda una ventaja considerable para rematar la clasificación en Nervión y evidenciar una vez más que sólo hay un adjetivo para definir el amor entre los sevillistas y la Europa League: eterno.

- Ficha del partido:

0. Lazio:
Strakosha; Radu, Acerbi, Bastos (Felipe, m.57); Marusic, Lucas Leiva, Parolo (Cataldi, m.46), Luis Alberto (Durmisi, m.44), Lulic; Correa, Caicedo.

1. Sevilla: Vaclik; Mercado, Kjaer, Sergi Gómez; Navas, Sarabia (Amadou, m.83), Banega, Vázquez, Escudero (Promes, m.75); André Silva, Ben Yedder (Munir, m.71).

Goles: 0-1, m.22: Ben Yedder.

Árbitro: Slavko Vincic (SVN). Mostró cartulina amarilla a los locales Radu (m.31), Correa (m.60) y Acerbi (m.93) y a los visitantes Banega (m.44) y Mercado (m.91).

Incidencias: Partido correspondiente a la ida de los dieciseisavos de final de la Liga Europa disputado en el estadio Olímpico de Roma ante cerca de 30.000 espectadores.
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