Superado el primer tercio de la competición, las sensaciones del
Sevilla de Lopetegui se han asentado en un escalón por encima de los propios resultados, positivos como refleja la posición clasificatoria, pero que podrían haber sido mejores a tenor del
rendimiento ofrecido por el equipo sobre el terreno de juego. Por detalles y desconexiones puntuales se escaparon puntos que lo habrían situado en lo más alto de la competición y en la cima de las mejores puntuaciones de la historia a estas alturas.
No obstante, la evidencia de que
este Sevilla es un equipo muy trabajado, con las
ideas claras y con talento individual en grandes dosis ha propiciado que se espere mucho de él y pueda instalarse entre los proyectos más destacados de la historia nervionense. No en vano, a pesar del despróposito en
Eibar y el rédito que se perdió por su dificultad para cerrar los partidos, como sucedió ante el
Valencia, el proyecto de
Lopetegui mira desde una distancia muy asumible y con optimismo a
aquellos Sevillas que elevaron el listón años atrás y que a estas alturas ya despuntaban.
En este sentido, tras trece jornadas disputadas, con 39 en juego, sólo cuatro separan al
Sevilla de Lopetegui del más laureado históricamente, el de
Juande en la 2006/2007, y tres del de
Sampaoli en la 16/17, que terminó el curso como el segundo con mayor puntaje (72), por detrás de los 76 registrados por
Unai Emery en la 14/15. El
Sevilla del hondabitarra mostraba en su casillero únicamente dos puntos más que el actual y ocupaba la misma posición (4º).
Curiosamente, el
Sevilla de Machín también sumaba 26 puntos a estas alturas, como
Emery y, por ende, dos más que ahora, pero en la comparativa de ambos casos entra el factor de las sensaciones, completamente diferentes a pesar de que matemáticamente el del año pasado supere en puntos al de ahora. Sin profundidad de plantilla, los del soriano distaban en solidez de lo que actualmente se percibe sobre el césped y estaba completamente cogido por alfileres, prueba de ello fue la posterior caída después de que en esta fase de la competición fuera líder de
Primera.
También sale perdiendo este
Sevilla numéricamente hablando con el de
Berizzo hace dos campañas, pues contaba con 25 puntos por los 24 de hoy, si bien llama la atención que los registros anotados son idénticos, con
17 tantos a favor y 14 en contra. Sin embargo, nuevamente la imagen del equipo era muy distinta, sin un estilo definido y la sensación de que el camino acabaría torciéndose.
Cabe decir, además, que
este Sevilla ya se ha medido a todos los poderosos en la primera vuelta, mientras que en la 17/18 aún no se había visto las caras con el
Real Madrid, ni disputado el
derbi, mientras que en la 18/19 tenía pendientes los encuentros contra
Atlético y Valencia. A todo esto se suma que ha llegado al parón en una dinámica muy positiva, tras cinco partidos sin perder en
LaLiga, con tres triunfos y dos derrotas.
Así las cosas, si se cumplen los pronósticos y los de
Lopetegui responden a las expectativas, lo lógico es que alcance el ecuador por delante de los proyectos anteriores y mirando cara a cara a los
Sevillas más exitosos. Lo tiene en su mano.