Su decisión tuvo que ver con
el miedo a las carreras de Iñaki Williams, quien para colmo no jugó como extremo, sino en punta, pero colocar por fuera a un central diestro como
Jules Koundé dejaba entrever, igualmente, que existe una
falta de confianza tremenda en Sergio Escudero.
Y, seguramente, esa sensación de
Julen Lopetegui sea compartida por buena parte de la afición, dado que
el vallisoletano lleva tiempo lejos de su mejor nivel, pero haberle dejado en el banco aun sin tener disponible a su tocayo Reguilón hacía aún más patente algo preocupante: el Sevilla sólo cuenta con un lateral para la próxima temporada, un Jesús Navas que, además, tendrá ya 35 años.
Muchos, incluso para un atleta como él.
Pese a que
con Escudero mejoró el equipo, porque
al menos él conoce sí conoce el oficio de lateral zurdo, parece obvio que no va a continuar en Nervión más allá de verano. Él mismo necesita salir, al
Getafe CF o al Real Valladolid, por ejemplo, para volver a sentirse importante. Y eso va a llevar a Monchi a
tener que buscar dos laterales para el costado siniestro en el mercado, si se atiende a que Reguilón está
cedido y sin opción de compra.
Para la derecha, otroLa decisión en la derecha, no obstante,
será incluso hasta más complicada, pese a tener que fichar sólo a uno, y tiene que ver con una pregunta: ¿me hago con uno de nivel que pueda incluso dejar a un icono como Navas suplente o traigo a uno con proyección que pueda romper en Sevilla a la sombra del palaciego, ya veterano? El de San Fernando llegó a platearse la posibilidad de hacerse con uno ahora, en enero, si bien
la continuidad de Pozo en la plantilla es necesaria y, salvo que aparezca algo irrechazable, se va a dejar para verano.
Arreglado el centro de la zaga de manera brillante, con Koundé y Diego Carlos,
ahora el Sevilla tiene un problema (co)lateral.