Los secretos de un Sevilla de podio

En este momento de 'impasse' sin fecha determinada, cabe realizar un análisis de lo sucedido hasta ahora en el campeonato liguero, de llevar a cabo un balance que explique el porqué del rendimiento ofrecido por el equipo. En este caso, en vista de la posición con el que el Sevilla afronta este obligado parón del fútbol por el coronavirus, hay que detenerse en las virtudes y en las razones que han llevado a los de Lopetegui a ocupar un puesto tan alto en la tabla, a ser tercero a falta sólo de 11 partidos por disputarse.
Más allá de las críticas y las deficiencias que ha podido mostrar la plantilla, ofrecer la planificación o la gestión por parte de Lopetegui, no cabe duda que para copar podio a día de hoy en Nervión se han tenido que hacer cosas bien, pues a estas altutras nada es fruto de la casualidad, obviamente. Existen varios factores que, sin lugar a dudas, han resultado vitales para que el Sevilla se haya erigido en uno de los principales candidatos para disputar la Champions, desde su poderío fuera de casa a la capacidad que ha mostrado para levantarse cuando parecía que estaba caído.
El Sevilla de Lopetegui ha llegado a la suspensión de LaLiga como el segundo mejor visitante de la categoría, con un total de 24 puntos de 42 posibles, sólo uno por detrás del Real Madrid. Más de la mitad de unidades disponibles merced a su gran fiablidad lejos de Nervión, lo que le ha permitido compensar su inesperada flaqueza ante los suyos. Con siete victorias, tres empates y cuatro derrotas, lleva tres puntos al tercero en esta tabla, el Getafe, seis al Barcelona y hasta ocho al Atlético de Madrid. Además, es el segundo máximo goleador a la estela también de los madridistas, pues suma 20 por los 22 de los blancos.
Ha sido sin duda la gran aportación de Lopetegui. Ha convertido un equipo que el curso pasado era muy frágil, que se rompía constantemente, en otro muy disciplinado en defensa, aplicado y con mucho orden. Los fichajes de Monchi han ayudado sobremanera en esta labor, con la llegada de hombres como Fernando, Gudelj, Diego Carlos o Koundé... Esta virtud ha sostenido al equipo cuando ha arrastrado falta de gol y, aunque es verdad que últimamente ha habido más lagunas que al principio, continúa mostradose seguro en la retaguardia, como ocurrió en el Wanda a pesar de recibir dos goles.
Siempre se le ha recriminado a este Sevilla su falta de gol y en muchas ocasiones con razón, porque, sobre todo a los arietes, le costaba un mundo perforar la portería rival. Era también un problema de la forma de atacar, porque el equipo merodeaba el área contraria pero tampoco terminaba de generar ocasiones claras. Esta sensación chocaba con el dato de que veía puerta en casi todos los partidos y con el tiempo se ha ido diluyendo ante una clara mejoría en el apartado anotador. No en vano, ha pasado de una media de 1,26 goles por choque en la primera vuelta a casi dos en la segunda, siendo el equipo más goleador, y en el campeonato liguero no ha dejado de marcar desde octubre ante el Barcelona en el Camp Nou. La ayuda de En-Nesyri en enero ha contribuido, pues ya suma tres tantos en LaLiga, y De Jong se reencontró con su olfato ante el Atlético.
El Sevilla de Lopetegui se ha enfrentado dos momentos especialmente delicados y en las dos ocasiones ha sabido salir, no sólo airoso, sino también reforzado, con casi más credibilidad que nunca. La primera vez fue a poco de comenzar, cuando después de un inicio fulgurante cayó ante el Real Madrid y contra el Eibar en una derrota muy dolorosa por la forma de producirse. El equipo generó muchas dudas pero resurgió contra la Real Sociedad a pesar de comenzar perdiendo y encontrarse contras las cuerdas. La segunda vez ha sido más grave y es muy reciente. La eliminación copera contra el Mirandés abrió una crisis que se agravó con tres partidos ligueros sin ganar ante Alavés, Celta y Espanyol, tres equipos de la zona baja con los que sólo sumó dos puntos de nueve. Se la jugaba ante el Getafe y el equipo reaccionó con un contundente 0-3 ante un rival directo. Volvió a pasarlo mal contra Osasuna, con bronca de público incluida, pero ganó en el alargue y luego sacó un punto en el Wanda tras igualar un 2-1 adverso.
Es una realidad que el Sevilla de Lopetegui ha funcionado peor hasta ahora en casa, donde no parece encontrarse del todo cómodo, pues los equipos se encierran más y le cuesta crear espacios. La grada nunca ha dudado en mostrar su inconformidad y han sido varias las veces que le ha despedido con pitos, como ocurrió ante Leganés, Espanyol, Cluj o Osasuna, decisión que el vestuario ha entendido como así lo ha expresado públicamente. siempre sin una mala palabra ni gesto, mostrando mucha profesionalidad y respeto a una afición que tantas veces ha llevado en volandas al Sevilla. Unidad que desde el principio ha existido de puertas para adentro, en un grupo que, pese a las numerosas caras nuevas, ha cuajado perfectamente favorecido por la calidad humana de los futbolistas, lo que se ha reflejado sobre el césped.
Más allá de las críticas y las deficiencias que ha podido mostrar la plantilla, ofrecer la planificación o la gestión por parte de Lopetegui, no cabe duda que para copar podio a día de hoy en Nervión se han tenido que hacer cosas bien, pues a estas altutras nada es fruto de la casualidad, obviamente. Existen varios factores que, sin lugar a dudas, han resultado vitales para que el Sevilla se haya erigido en uno de los principales candidatos para disputar la Champions, desde su poderío fuera de casa a la capacidad que ha mostrado para levantarse cuando parecía que estaba caído.