No existen dos jugadores iguales, por lo que eso tan periodístico de ver reencarnaciones de grandes futbolistas en jóvenes que empiezan a despuntar suele ser generalmente dañino, sobre todo porque supone una gran presión añadida para la promesa.
Sí que puede existir, sin embargo,
un nuevo jugador dentro de otro, pues el paso de los partidos, con sus consiguientes entrenadores, sistemas, compañeros o incluso lesiones, llevan a muchos profesionales a mutar. A veces, en mejores futbolistas, a veces, simplemente,
en futbolistas distintos.
Quizá es esto lo que le ha ocurrido a
Ivan Rakitic durante su proceso de madurez,
un Rakitic que regresaría a Nervión siendo diferente al que se fue. Porque el suizo-croata (hasta su origen helvético se omite ya en los medios)
ha terminado siendo prácticamente un '5', tras haber jugado como '6', '8', '10' y
hasta '11'. Sí, el todavía centrocampista del FC Barcelona hacía las veces de
extremo (derecho, en el Basilea; izquierdo, en el Schalke 04)
hasta 2012, cuando con Croacia comenzó a centrar su posición.
Con
Medel y Kondogbia como pivotes; y
Navas y Reyes por fuera,
Rakitic desembarcó en el Sevilla FC como mediapunta sobre un 4-2-3-1. El 'Rubio' era, sobre todo,
un lanzador del contragolpes, alguien que aportaba
verticalidad a un conjunto, el de Míchel, que no se entretenía en la elaboración y que atacaba rápido, buscando a Negredo.
Con la llegada de
Unai Emery, su rol sólo cambió durante el tiempo que al vasco le dio por situarle como mediocentro y jugar al intercambio de golpes, fuese el que fuese el rival que tuviese enfrente. Con la soga al cuello, en una ya mítica visita al Espanyol, Emery volvió a situar a Rakitic como '10' y a Iborra por detrás. Eso sí,
con un importante matiz: el suizo-croata bajaba casi hasta la corona de su área para sacar el balón jugado y el valenciano se arrimaba al punta, tanto para ayudar a bajar balones largos como a rematarlos. Tras la pérdida, ambos regresaban a su posición inicial.
Aquello supuso el tránsito de Rakitic, un futbolista muy móvil,
hacia una posición más fija, pues en aquel FC Barcelona de
Neymar, Messi y Suárez, y con Daniel Alves como 'cerebro', Luis Enrique le encomendó la misión
moverse más en paralelo, para ocupar el espacio libre que dejaban en la derecha tanto el argentino como el lateral brasileño.
Su progresión en cuanto a físico y posicionamiento táctico le han permitido jugar en no pocas ocasiones durante las últimas temporadas como
pivote (en Croacia también ha actuado ahí, aunque más en
una suerte de 'doble 5', en el que uno de los dos siempre se descuelga), prestando más apoyo a los centrales que a los delanteros, realizando coberturas o recuperando un notable número de balones mediant
e interceptaciones. Es decir, que hoy día Rakitic,
el nuevo Rakitic, es más un '5' o un '6' que un '8' o un '10', roles éstos últimos que puede seguir desempeñando ampliamente, pues continúa exhibiendo, también partiendo de unos metros más atrás,
su visión de juego, precisión y golpeo de antaño.
Desde luego, pese a haber cumplido 32 años el pasado día 10, el suizo-croata
no llegaría a Nervión 'de vuelta' (eso mismo decían muchos de Navas, y...), sino para tener un papel capital y ocupar, tal y como muestra su mapa de calor de esta 19/20, tanto
muchos roles como metros en el centro del campo. Su versatilidad, finalmente, le permitiría ser
compatible con los que están e, incluso, con un
Campaña que también puede estar por regresar y que, como el todavía mediocentro culé, ha crecido mucho sin balón;
otro que ya es muy distinto al que se fue.