Sevilla FC 1-0 Valencia CF: Monchi tenía razón... otra vez

Monchi tenía razón. ¿Otra vez? Pues sí, otra vez... y las que quedan. Fichó hace justo un año "al entrenador que dejó tirada a la selección para fracasar en el Madrid" y a día de hoy el sevillismo se refiere a su técnico como Don Julen Lopetegui. El mejor director deportivo del mundo le dio la matería prima adecuada; pero eso ya lo daba por hecho el vasco, arquitecto de un descomunal Sevilla FC, que acaba la temporada con la espectacular cifra de 70 puntos y en Champions. Cuarto, al final, pues el Atlético no falló; pero empatado a punto con los de Simeone y con el orgullo de decir que volvió a dejar la portería a cero por enésima vez y acabó LaLiga invicto desde mucho antes del parón. Ahora, a por la Roma.
Con los deberes hechos y una nota de sobresaliente, es momento de poner la guinda y buscar la matrícula de honor para una ilusionante temporada en la eliminatoria de Europa League que le enfrentará a la Roma. El equipo llega en un excelente estado de forma física y con la moral por las nubes. No pierde desde desde el 9 de febrero, cuando cayó por la mínima en Vigo, y suma 17 encuentros oficiales sin conocer la derrota, récord histórico de la entidad: 15 de Liga y dos de competición europea ante el Cluj (ocho victorias y nueve empates).
El Sevilla FC, que poco antes del descanso se enteró de que el Atlético ganaba a la Real Sociedad (luego empató) y le era ya casi imposible acabar tercero, se centró en apurar todas sus opciones y en despedir este histórico campeonato con un triunfo que, además, dejase a un rival habitual fuera de Europa. Al descanso, el equipo nervionense tuvo el control y, aunque le costó, también dispuso de suficientes ocasiones para adelantarse ante un Valencia que sólo inquietó al principio y al final del primer periodo. Los visitantes priorizaban la seguridad defensiva y levantaron una muralla que a los blanquirrojos les costó agujerear. Reguilón, con hasta tres incursiones seguidas en la reanudación, decantó por fin la balanza.
Lopetegui, en una declaración de intenciones, apostó de inicio por el once de gala a excepción de Fernando y Banega, que no entraron en la lista. En el Valencia, por su parte, Voro apostó por una alineación con muchos de sus criticados pesos pesados, que afrontaban la agridulce misión de dejar al equipo che en Europa antes de marcharse, porque sobre la gran mayoría de ellos pesa el cartel de 'transferible' ante la revolución que se avecina en Mestalla en la 20/21. Entre ellos, el deseado Dani Parejo, favorito para suplir el vacío que dejará Banega en ese mismo estadio y que posó para la foto inicial junto a Jesús Navas, quien podría ser su compañero dentro de algunas semanas.
Desde el inicio, el Sevilla se hizo con el control de la pelota y llevó la iniciativa del juego, volcando sus ofensivas a la banda derecha formada por el palaciego y Ocampos cuando tenía el balón y presionando con determinación tras pérdida. Con todo, le costaba mucho pisar el área visitante y el primero en intervenir fue Bono, que tuvo que repeler un duro disparo desde fuera del área de Guedes, que poco después sufrió su enésima lesión muscular y tuvo que dejar su puesto a Carlos Soler.
Tras ese primer aviso, volvió a tomar la iniciativa el Sevilla, que tocaba de un lado a otro y buscaba filtrar balones entre la pertrechada zaga de un Valencia que esperaba en campo propio y trataba de salir rápido por medio de la velocidad de sus extremos y de Gameiro, que regresaba a la que fue su casa durante tres temporadas, un Sánchez-Pizjuán que no paró de recordar al fallecido Biri Biri: luciendo un enorme crespón y un ramo de flores en Gol Norte, guardando un respetuoso minuto de silencio antes del inicio del choque y sonando por megafonía un homenaje en el minuto 9.
En la salida, Gudelj se incrustaba entre los centrales con los laterales muy abiertos y Joan Jordán y Óliver Torres escalonaban sus posiciones y se turnaban para bajar a recibir, girarse y comenzar la jugada. Precisamente, el extremeño fue protagonista al filo del primer cuarto de hora, al conectar un remate en el área que fue rechazado por Jaume Domenech, en la primera ocasión reseñable para los locales. La segunda la firmó Ocampos, que en su enésima asociación con Navas se atrevió con una acrobática tijera casi sin ángulo. Mangala se interpuso en su camino y desvió a córner.
El Sevilla, tan compactado y solidario en las ayudas como siempre, apenas sufría, así que era cuestión de tiempo ir ganando metros y encontrando aberturas en la muralla levantina. De Jong cabeceó muy arriba un centro bombeado desde la izquierda por Óliver y Munir la cruzó en exceso en su mano a mano ante el portero visitante. Llegaban las ocasiones, se resistía el gol. Al margen del resultado, cada vez más secundario para el Sevilla después de que Koke adelantase al Atlético ante la Real Sociedad, esta última jornada servía para que el sevillismo se deleitase con la enésima exhibición de Jules Koundé.
Diego Carlos es un mulo. Y un muro. Es casi imposible de superar y exquisito con su pase en largo; pero el francés es una gozada. Completísimo, tiene velocidad punta para perseguir a Gameiro, físico para cuerpear y luchar en las alturas con un armario de la talla de Maxi Gómez y, por si fuera poco, también dispone de atrevimiento y calidad técnica para amagar con abrir a la banda, regatear y salir desde atrás en conducción. Si se puede y si no, no le duelen prendas en despejar con un patadón. En una temporada en la que el central brasileño, su compatriota Fernando y Ocampos se han llevado muchísimos elogios (con todo merecimiento), el joven galo se ha reivindicado como un fichaje espectacular.
Después de muchos minutos sin generar peligro, el Valencia volvió a poner a prueba a Bono. Lo hizo el observado Parejo, que exhibió ante Monchi (ya le ha intentado fichar varias veces) y Lopetegui algunas de sus credenciales. En una de sus especialidades, los lanzamientos de libre directo, sacó un disparo que bajó rápido e iba muy abajo y pegado al poste izquierdo del marroquí, que logró desviar a córner en una de las últimas acciones antes del descanso, al que se llegó aún con 0-0 en el marcador.
En la reanudación, sin cambios, se esperaba que los che diesen un paso al frente, ya que se jugaban más que el Sevilla. Sin embargo, la segunda parte comenzó con más ocasiones de los blanquirrojos. Una, clarísima: un disparo al poste de Munir, que hizo un control orientado con la derecha tras un pase desde la izquierda de Reguilón y la enganchó con un zurdazo cruzado y abajo que Jaume sólo pudo mirar. Para suerte del portero valenciano, la madera lo repelió. Acto seguido, el lateral madrileño se atrevió con un chut lejano que se fue fuera por muy poco.
El jugador cedido por el Real Madrid comenzó entonadísimo y protagonizó tres incursiones seguidas. Y a la tercera, la vencida. Golazo mezcla de fe, recursos y calidad. Ya dentro del área perdió el control del balón, pero se lanzó al césped para robársela a Parejo (muy muy blandito) y amagó hasta dos veces con la derecha para clavar en toda la escuadra un disparo con el interior de su teórico pie malo. Todo se ponía de cara al conjunto local, que retomaba el dominio absoluto, ya con la tranquilidad de hacer momentáneamente su trabajo con el 1-0 y esperando noticias del Wanda Metropolitano.
Justo antes del carrusel de cambios, que se alió con las altísimas temperaturas para ir bajándole el pulso al encuentro, tuvo el segundo Koundé. Fue en una jugada a balón parado peinada antes por De Jong y que el francés, libre de marca, se encontró en el borde del área pequeña con una pelota que no acertó a contrapicar y que se marchó por encima del larguero de Jaume. Del Valencia no había habido noticias en toda la segunda mitad, pero a cinco del final buscó el empate por medio de Gameiro y Lopetegui echó mano de escudo y armadura.
En su cuarto cambio -antes entraron Suso, En-Nesyri y el Mudo por Munir, De Jong y Óliver-, Sergi Gómez suplió a un desdibujado Ocampos y el Sevilla pasó a formar con tres centrales, dos carrileros largos y Gudelj y Jordán como doble pivote por detrás de dos mediapuntas muy abiertos y el marroquí sólo en punta. Con todo, pese a que el equipo dio un inteligente pasito atrás, el gaditano se mostró activo y se fabricó una buena acción individual con disparo potente pero desviado.
En otros tiempos, el cambio quizás se habría criticado. Hoy, Don Julen Lopetegui se ha ganado el beneficio de la duda durante mucho tiempo. Los 70 puntos le avalan. No es una cifra cualquiera. Hasta este domingo, el Sevilla sólo había alcanzado esa barrera en cuatro ocasiones: los 76 puntos, en la 14/15 con Unai Emery; los 72 de Jorge Sampaoli en la 16/17; los 71 de Juande Ramos en la 06/07, y los 70 de Manolo Jiménez en la 08/09. Y ahora, a por la Roma.
- Ficha técnica:
0 - Sevilla FC: Bono, Jesús Navas, Koundé, Diego Carlos, Reguilón, Joan Jordán, Gudelj, Óliver Torres (Franco Vázquez 79'), Ocampos (Sergi Gómez 85'), Munir (Suso 71') y De Jong (En-Nesyri 71').
0 - Valencia: Jaume Doménech, Wass (Thierry Correia 82'), Mangala, Gabriel, Florenzi, Ferrán Torres (Kang-In Lee 71'), Coquelin (Kondogbia 82'), Parejo, Guedes (Carlos Soler 21'), Maxi Gómez (Sobrino 71') y Gameiro.
Árbitro: José Luis González González (Comité Castellanoleonés). Amonestó al visitante Carlos Soler.
Gol: 1-0 (56') Reguilón.
Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 38 de Primera división disputado en el Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán de Sevilla, a puerta cerrada. Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento del exsevillista Biri Biri. González González se retira y dirigió el último encuentro.
Con los deberes hechos y una nota de sobresaliente, es momento de poner la guinda y buscar la matrícula de honor para una ilusionante temporada en la eliminatoria de Europa League que le enfrentará a la Roma. El equipo llega en un excelente estado de forma física y con la moral por las nubes. No pierde desde desde el 9 de febrero, cuando cayó por la mínima en Vigo, y suma 17 encuentros oficiales sin conocer la derrota, récord histórico de la entidad: 15 de Liga y dos de competición europea ante el Cluj (ocho victorias y nueve empates).
El Sevilla FC, que poco antes del descanso se enteró de que el Atlético ganaba a la Real Sociedad (luego empató) y le era ya casi imposible acabar tercero, se centró en apurar todas sus opciones y en despedir este histórico campeonato con un triunfo que, además, dejase a un rival habitual fuera de Europa. Al descanso, el equipo nervionense tuvo el control y, aunque le costó, también dispuso de suficientes ocasiones para adelantarse ante un Valencia que sólo inquietó al principio y al final del primer periodo. Los visitantes priorizaban la seguridad defensiva y levantaron una muralla que a los blanquirrojos les costó agujerear. Reguilón, con hasta tres incursiones seguidas en la reanudación, decantó por fin la balanza.
Lopetegui, en una declaración de intenciones, apostó de inicio por el once de gala a excepción de Fernando y Banega, que no entraron en la lista. En el Valencia, por su parte, Voro apostó por una alineación con muchos de sus criticados pesos pesados, que afrontaban la agridulce misión de dejar al equipo che en Europa antes de marcharse, porque sobre la gran mayoría de ellos pesa el cartel de 'transferible' ante la revolución que se avecina en Mestalla en la 20/21. Entre ellos, el deseado Dani Parejo, favorito para suplir el vacío que dejará Banega en ese mismo estadio y que posó para la foto inicial junto a Jesús Navas, quien podría ser su compañero dentro de algunas semanas.
Desde el inicio, el Sevilla se hizo con el control de la pelota y llevó la iniciativa del juego, volcando sus ofensivas a la banda derecha formada por el palaciego y Ocampos cuando tenía el balón y presionando con determinación tras pérdida. Con todo, le costaba mucho pisar el área visitante y el primero en intervenir fue Bono, que tuvo que repeler un duro disparo desde fuera del área de Guedes, que poco después sufrió su enésima lesión muscular y tuvo que dejar su puesto a Carlos Soler.
Tras ese primer aviso, volvió a tomar la iniciativa el Sevilla, que tocaba de un lado a otro y buscaba filtrar balones entre la pertrechada zaga de un Valencia que esperaba en campo propio y trataba de salir rápido por medio de la velocidad de sus extremos y de Gameiro, que regresaba a la que fue su casa durante tres temporadas, un Sánchez-Pizjuán que no paró de recordar al fallecido Biri Biri: luciendo un enorme crespón y un ramo de flores en Gol Norte, guardando un respetuoso minuto de silencio antes del inicio del choque y sonando por megafonía un homenaje en el minuto 9.
En la salida, Gudelj se incrustaba entre los centrales con los laterales muy abiertos y Joan Jordán y Óliver Torres escalonaban sus posiciones y se turnaban para bajar a recibir, girarse y comenzar la jugada. Precisamente, el extremeño fue protagonista al filo del primer cuarto de hora, al conectar un remate en el área que fue rechazado por Jaume Domenech, en la primera ocasión reseñable para los locales. La segunda la firmó Ocampos, que en su enésima asociación con Navas se atrevió con una acrobática tijera casi sin ángulo. Mangala se interpuso en su camino y desvió a córner.
El Sevilla, tan compactado y solidario en las ayudas como siempre, apenas sufría, así que era cuestión de tiempo ir ganando metros y encontrando aberturas en la muralla levantina. De Jong cabeceó muy arriba un centro bombeado desde la izquierda por Óliver y Munir la cruzó en exceso en su mano a mano ante el portero visitante. Llegaban las ocasiones, se resistía el gol. Al margen del resultado, cada vez más secundario para el Sevilla después de que Koke adelantase al Atlético ante la Real Sociedad, esta última jornada servía para que el sevillismo se deleitase con la enésima exhibición de Jules Koundé.
Diego Carlos es un mulo. Y un muro. Es casi imposible de superar y exquisito con su pase en largo; pero el francés es una gozada. Completísimo, tiene velocidad punta para perseguir a Gameiro, físico para cuerpear y luchar en las alturas con un armario de la talla de Maxi Gómez y, por si fuera poco, también dispone de atrevimiento y calidad técnica para amagar con abrir a la banda, regatear y salir desde atrás en conducción. Si se puede y si no, no le duelen prendas en despejar con un patadón. En una temporada en la que el central brasileño, su compatriota Fernando y Ocampos se han llevado muchísimos elogios (con todo merecimiento), el joven galo se ha reivindicado como un fichaje espectacular.
Después de muchos minutos sin generar peligro, el Valencia volvió a poner a prueba a Bono. Lo hizo el observado Parejo, que exhibió ante Monchi (ya le ha intentado fichar varias veces) y Lopetegui algunas de sus credenciales. En una de sus especialidades, los lanzamientos de libre directo, sacó un disparo que bajó rápido e iba muy abajo y pegado al poste izquierdo del marroquí, que logró desviar a córner en una de las últimas acciones antes del descanso, al que se llegó aún con 0-0 en el marcador.
En la reanudación, sin cambios, se esperaba que los che diesen un paso al frente, ya que se jugaban más que el Sevilla. Sin embargo, la segunda parte comenzó con más ocasiones de los blanquirrojos. Una, clarísima: un disparo al poste de Munir, que hizo un control orientado con la derecha tras un pase desde la izquierda de Reguilón y la enganchó con un zurdazo cruzado y abajo que Jaume sólo pudo mirar. Para suerte del portero valenciano, la madera lo repelió. Acto seguido, el lateral madrileño se atrevió con un chut lejano que se fue fuera por muy poco.
El jugador cedido por el Real Madrid comenzó entonadísimo y protagonizó tres incursiones seguidas. Y a la tercera, la vencida. Golazo mezcla de fe, recursos y calidad. Ya dentro del área perdió el control del balón, pero se lanzó al césped para robársela a Parejo (muy muy blandito) y amagó hasta dos veces con la derecha para clavar en toda la escuadra un disparo con el interior de su teórico pie malo. Todo se ponía de cara al conjunto local, que retomaba el dominio absoluto, ya con la tranquilidad de hacer momentáneamente su trabajo con el 1-0 y esperando noticias del Wanda Metropolitano.
Justo antes del carrusel de cambios, que se alió con las altísimas temperaturas para ir bajándole el pulso al encuentro, tuvo el segundo Koundé. Fue en una jugada a balón parado peinada antes por De Jong y que el francés, libre de marca, se encontró en el borde del área pequeña con una pelota que no acertó a contrapicar y que se marchó por encima del larguero de Jaume. Del Valencia no había habido noticias en toda la segunda mitad, pero a cinco del final buscó el empate por medio de Gameiro y Lopetegui echó mano de escudo y armadura.
En su cuarto cambio -antes entraron Suso, En-Nesyri y el Mudo por Munir, De Jong y Óliver-, Sergi Gómez suplió a un desdibujado Ocampos y el Sevilla pasó a formar con tres centrales, dos carrileros largos y Gudelj y Jordán como doble pivote por detrás de dos mediapuntas muy abiertos y el marroquí sólo en punta. Con todo, pese a que el equipo dio un inteligente pasito atrás, el gaditano se mostró activo y se fabricó una buena acción individual con disparo potente pero desviado.
En otros tiempos, el cambio quizás se habría criticado. Hoy, Don Julen Lopetegui se ha ganado el beneficio de la duda durante mucho tiempo. Los 70 puntos le avalan. No es una cifra cualquiera. Hasta este domingo, el Sevilla sólo había alcanzado esa barrera en cuatro ocasiones: los 76 puntos, en la 14/15 con Unai Emery; los 72 de Jorge Sampaoli en la 16/17; los 71 de Juande Ramos en la 06/07, y los 70 de Manolo Jiménez en la 08/09. Y ahora, a por la Roma.
- Ficha técnica:
0 - Sevilla FC: Bono, Jesús Navas, Koundé, Diego Carlos, Reguilón, Joan Jordán, Gudelj, Óliver Torres (Franco Vázquez 79'), Ocampos (Sergi Gómez 85'), Munir (Suso 71') y De Jong (En-Nesyri 71').
0 - Valencia: Jaume Doménech, Wass (Thierry Correia 82'), Mangala, Gabriel, Florenzi, Ferrán Torres (Kang-In Lee 71'), Coquelin (Kondogbia 82'), Parejo, Guedes (Carlos Soler 21'), Maxi Gómez (Sobrino 71') y Gameiro.
Árbitro: José Luis González González (Comité Castellanoleonés). Amonestó al visitante Carlos Soler.
Gol: 1-0 (56') Reguilón.
Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 38 de Primera división disputado en el Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán de Sevilla, a puerta cerrada. Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento del exsevillista Biri Biri. González González se retira y dirigió el último encuentro.