No había dudas de
con quién iban los aficionados de la Lazio el pasado jueves en el encuentro de octavos de final de la Europa League entre
Sevilla FC y Roma, en el que los nervionenses firmaron
una gran actuación que les valió para sellar el pase a cuartos de ‘su competición’.Como sucede en la capital hispalense, la rivalidad es encarnizada entre Lazio y Roma, de ahí que los ‘biancocelesti’ se convirtiesen por un día e
n hinchas sevillistas para desear la pronta eliminación de sus eternos rivales. Pero más allá de ese deseo tan futbolero de que a tu vecino no le vaya bien, había
un motivo deportivo y económico de peso para que la Lazio desease un triunfo de los de Lopetegui.
El conjunto entrenado por Simone Inzaghi ha finalizado
en cuarta posición en la Serie A, pero no por ello tenía asegurado aún su pasaporte para la próxima edición de la Champions, algo que sí tenían confirmado los tres primeros: Juventus, Inter de Milan y Atalanta.
La UEFA no permite que disputen la máxima competición continental más de cinco equipos de un mismo país, y en el caso de Italia, antes que el cuarto clasificado,
aún podían conseguir billete el Nápoles (séptimo en la Serie A), si gana una Champions donde aún sigue vivo,
y la Roma (quinta), si hacía lo propio en la Europa League, pues
los campeones de ambos torneos tienen plaza preferente en la Fase de Grupos de la Champions si no logran clasificarse a través de sus torneos nacionales.
Por ello, en la Lazio disfrutaron de un motivo doble de alegría al ver cómo
el Sevilla FC pasaba por encima de la Roma, echando de ese modo una mano a un sevillista confeso como
Luis Alberto, que nunca ha escondido sus colores, y otros ex nervionenses como el
‘Tucu’ Correa y Ciro Immobile, Bota de Oro de la presente temporada.