Tres héroes inesperados, en el altar de los dioses sevillistas

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Desde que Antonio Puerta metiera al Sevilla FC en su primera final de la Europa League con su golazo ante el Schalke en la prórroga y también en la lucha por su primer título desde los años sesenta, muchos han sido los nombres propios que han pasado a la historia de las finales ganadas por los nervionenses en estos tres últimos lustros.
Seis Copas de la UEFA/Europa League son su gran aval a nivel continental, pero también una Supercopa de Europa, otra Supercopa de España y dos Copas del Rey que le sitúan como uno de los tres mejores clubes españoles del siglo XXI. Además de ser, tras la final ante el Inter, el equipo europeo con más finales continentales jugadas en los últimos veinte años.
Una cita, la del pasado viernes en Colonia, que dejó unos protagonistas inesperados. Esta vez no fue Ocampos, mermado físicamente, quien resolvió la papeleta, sino el criticado De Jong, al que Lopetegui había mantenido en su once contra viento y marea, pese a que en Liga sólo había sumado 6 goles y en la Europa League, ninguno. Quizás por ello, el técnico vasco lo dejó de inicio suplente en los tres primeros partidos en Alemania. Pero en la final apostó por él y acertó a lo grande, pues fue el autor de un doblete, tras haber marcado ya el gol salvador en la semifinal ante el Manchester United.
Sorprendente también ha sido el papel de Bono en esta Europa League, pues había sido suplente todo el curso y en alguna ocasión puntual que le tocó jugar no ofreció las mejores sensaciones, como en la vuelta ante el Cluj. Pero en Alemania, el marroquí ha sido clave casi en todos los partidos, ganándose su continuidad. Otra apuesta ganadora de Lopetegui, pues Vaclik llegaba ya recuperado.
Y en tercer lugar, Diego Carlos, el último gran protagonista de la noche ante el Inter, también inesperado. No porque no haya sido un pilar durante todo el curso, sino porque venía de cometer tres penaltis en el arranque de los últimos tres partidos y eso le señalaba de algún modo. Pero su chilena en el tramo final del choque, que Lukaku se introdujo en su meta, le encumbra a los altares del sevillismo.
Aquí puede ver .
Seis Copas de la UEFA/Europa League son su gran aval a nivel continental, pero también una Supercopa de Europa, otra Supercopa de España y dos Copas del Rey que le sitúan como uno de los tres mejores clubes españoles del siglo XXI. Además de ser, tras la final ante el Inter, el equipo europeo con más finales continentales jugadas en los últimos veinte años.
Una cita, la del pasado viernes en Colonia, que dejó unos protagonistas inesperados. Esta vez no fue Ocampos, mermado físicamente, quien resolvió la papeleta, sino el criticado De Jong, al que Lopetegui había mantenido en su once contra viento y marea, pese a que en Liga sólo había sumado 6 goles y en la Europa League, ninguno. Quizás por ello, el técnico vasco lo dejó de inicio suplente en los tres primeros partidos en Alemania. Pero en la final apostó por él y acertó a lo grande, pues fue el autor de un doblete, tras haber marcado ya el gol salvador en la semifinal ante el Manchester United.
Sorprendente también ha sido el papel de Bono en esta Europa League, pues había sido suplente todo el curso y en alguna ocasión puntual que le tocó jugar no ofreció las mejores sensaciones, como en la vuelta ante el Cluj. Pero en Alemania, el marroquí ha sido clave casi en todos los partidos, ganándose su continuidad. Otra apuesta ganadora de Lopetegui, pues Vaclik llegaba ya recuperado.
Y en tercer lugar, Diego Carlos, el último gran protagonista de la noche ante el Inter, también inesperado. No porque no haya sido un pilar durante todo el curso, sino porque venía de cometer tres penaltis en el arranque de los últimos tres partidos y eso le señalaba de algún modo. Pero su chilena en el tramo final del choque, que Lukaku se introdujo en su meta, le encumbra a los altares del sevillismo.
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