Colusso recuerda su paso por el Sevilla FC, la comparación con Maradona y ¡hasta su secuestro en Argelia!

Colusso recuerda su paso por el Sevilla FC, la comparación con Maradona y ¡hasta su secuestro en Argelia!
Colusso recuerda su paso por el Sevilla FC, la comparación con Maradona y ¡hasta su secuestro en Argelia! - F. M.
Fernando MateosFernando Mateos 11 min lectura
Corría el verano de 1996 cuando Cristian Colusso, con apenas 19 años, desembarcaba como la gran promesa del fútbol argentino en un Sevilla Fútbol Club que vivía uno de los momentos más convulsos de su historia. El verano anterior se había producido el descenso administrativo a Segunda B y esa campaña, que comenzó con Camacho en el banquillo y De Caldas en la presidencia, acabaría de la forma que ya muchos presagiaban, con el regreso de los nervionenses a Segunda división 22 años después.

Para los que vivieron aquella época y sus años posteriores, el nombre de Colusso representa de algún modo el fracaso la gran mayoría de los muchos fichajes extranjeros que amparados por la nueva Ley Bosman llegaban a Nervión con pomposas presentaciones, comparaciones odiosas y lo que es peor, envueltos en algunos casos en los negocios sucios de sus representantes y el propio club de Nervión.

Ese fue el caso de Colusso, el ‘nuevo Maradona’ para los más atrevidos de aquella época, recordado para siempre por decir que cuando saltó por vez primera al Sánchez-Pizjuán le temblaron las piernas, algo que años después quiso aclarar: “Lo dije, pero no con ese sentido. Además, podés entrar en la página de Rosario Central y ver el estadio. El que juega ahí puede jugar en cualquier parte del mundo”.

Ahora, el argentino es entrenador en la categorías inferiores de Rosario Central, club con el que saltó a la fama muy joven y con el que conquistó la Copa Conmebol en 1995. Y en una larga entrevista para la web Infobae ha recordado su paso por Nervión y cómo le perjudicó todo lo que se generó alrededor de su figura.

“No he sido cuidado. Había una desesperación muy grande por venderme. Se decía que casi me compraba el pase Maradona, Menem... Y yo tenía 18 años; me voy del país con 19. Yo lo pensaba como algo a largo plazo. Y el primer día que llegué a Sevilla, agarré un diario y decía “llega la bomba Colusso, el sucesor de Maradona”... Ahí me asusté. Y se habían hecho un montón de cosas mal con el pase (hubo una investigación por estafa), me vi perjudicado y por eso estuve seis meses sin jugar. Me fui a México (cedido al Club León), volví, y después estuve otro año sin jugar. Todo eso me afectó en mi carrera. Me pasó que se terminaron riendo de mí, como que fui un fraude. Y yo en su momento, cuando no me dejaban jugar, dije: ‘Mándenme al Sevilla B, y ahí me dicen si soy bueno o no’. Y el técnico, que siempre pasó los informes, me decía ‘Cristian, tú estás para jugar’. Pero lo único que se quería era mi salida”, ha explicado.

SECUESTRADO EN ARGELIA


Tras pasar por el Sevilla FC, Colusso volvió a Rosario Central y más tardes se convirtió en un trotamundos que pasó por clubes modestos de Inglaterra, Italia, Ecuador o Venezuela, hasta colgar las botas en 2009 en el Atlético Pujato, un club aficionado de su país. Pero la historia más rocambolesca de su extraña carrera la vivió en Argelia, donde llegó a ser poco menos que secuestrado por los dirigentes de su equipo, allá por el año 2004.

“Después empezás a entrar en un derrotero en el que no pegás una. Estaba en Almirante Brown, perdemos el clásico con Deportivo Morón y nunca me había pasado que se metiera la barra en el vestuario. En ese momento, después de lo que me pasó con el Sevilla, no creía más en los representantes, me manejaba solo. Me había llamado un empresario para ir a Finlandia y, cuando pasó lo de la barra de Almirante, lo contacté para aceptar. Ahí me dijo me dijo que el cupo se había cubierto. ‘Pero salió algo para ir a Argelia, es buen dinero’, me ofreció. Y agarré Cuando llegué no lo podía creer”, explica el hoy entrenador sobre el episodio vivido en el USM Blida.

“Me encontré con un fútbol totalmente amateur, entrenábamos tres veces por semana. Y me terminaron sacando el pasaporte, no me dejaban ir. Para jugar en Argelia, si eras extranjero, había una ley que decía que tenías que haber jugado en la selección mayor. Yo había jugado en juveniles, pero el empresario que me llevó les dijo que había jugado en la Mayor. Cuando se enteran los dirigentes, me pidieron que devolviera hasta la plata de los pasajes. Y yo no me había llevado la plata, la cobró el empresario. Me dejaron en una habitación de un lugar en el que que vendían accesorios de baños y me tiraron un colchón. Ahí estuve desde octubre, cuando llegué, y me fui el 15 de diciembre. Era la película Expreso de Medianoche. En el medio venía el presidente, se sentaba, te ponía una 9 milímetros arriba de la mesa y te decía: ‘¿Dónde está mi dinero?’. Y yo no lo tenía, la plata la tenía el que había hecho el negocio, porque el pase lo firmamos en París”, añade el argentino sobre una historia de película en la que fue engañado de nuevo por su agente, siendo finalmente rescatado por agentes de la Embajada argentina en Argelia.

Por todo ello, Colusso no duda sobre el consejo que se daría a sí mismo si pudiera volver atrás: “No permitas que te limiten. Y que para las cosas de las que se tienen que encargar otras personas, buscate a alguien de confianza y que te cuide. En el fútbol hay un 70 por ciento de cosas malas y un 30 de buenas. Son pocos los que tienen más buenas que malas. Pero las cosas lindas son tan lindas, que tapan todo. Yo me acuerdo de los caños que tiraba en el Gigante. Lo de Argelia o lo que me pasó en Sevilla son anécdotas para un asado. Se me dio muy fácil, tuve unas condiciones naturales, que las fui perfeccionado, y a lo mejor no es tan bueno que se te dé todo tan fácil”.

“Yo creo que pude demostrarles... Yo lo perdoné al fútbol. Lo que hicieron no lo hicieron en contra mío. Y no tengo envidia. Como jugador siempre fui seguro de lo que era. Lo que pude haber dado o no, no lo voy a saber. Sí sé que tuve condiciones. Pero mi sueño era jugar en Primera y salir campeón y lo logré en los dos primeros años de carrera. Se dio así y me sirve de aprendizaje. A lo mejor lo mío no solamente era el fútbol, sino que aprendiera de estas cosas”, sentencia el jugador, que también se refirió al día en que Maradona pidió su camiseta o un ex jugador sevillista que se encuentra entre sus preferidos, pero que tampoco triunfó en Nervión.

La comparación con Maradona: “Salió de Buenos Aires, se dio porque era zurdo, petisón y habilidoso. Era una falta de respeto compararme con lo más grande que hay. Me llegaba, pero siempre fui extremadamente humilde con mi forma de jugar. Nunca me permití decir que soy parecido a Maradona. Me encantaba que me compararan, pero yo me mantenía tranquilo, sabía que era otro tipo de jugador. Con el tiempo quedó claro que no era Maradona, ja”.

Su encuentro con el astro: “Maradona me fue a saludar en la Bombonera, después de aquel empate con Boca. Estaba en el colectivo y me dijo un compañero: 'Che, quiere saludarte Maradona". Y pensé que me estaban cargando, en esa época los jugadores dábamos una mano y creí que me estaban pidiendo que diera una mano para cargar los cajones de fruta. Entonces me insistieron: “Dale, bajá, Diego, está acá”. Él tiene un aura increíble. “Nene, seguí así, un fenómeno”, me dijo. Y me dio un beso y un abrazo; no pegué un ojo por dos días. Después me contó mi representante que le había pedido mi camiseta en el entretiempo”.

Lautaro Acosta: “Cada vez hay menos gambeteadores por la falta de respeto al jugador habilidoso y el miedo del resultado. Si tenés un técnico que respeta y valora esa virtud, y el mismo técnico propone una forma de jugar que pueda aprovechar eso... Tenemos algunos jugadores, cuando veo alguno, como el Chelito Delgado o Lautaro Acosta, me vuelvo loco. Hay que tener la valentía de gambetear y de respaldar al que gambetea”.
Unete a nuestro canal de Whatsapp Únete a nuestro canal de Telegram