Bono hace historia con el Sevilla

Bono hace historia con el Sevilla
- A. T.
Aitor TorviscoAitor Torvisco 5 min lectura
El Sevilla FC volvió al trabajo el pasado domingo y en la mañana de este lunes se ejercitará de nuevo, totalmente centrado ya en su eliminatoria de Copa del Rey del martes en el campo del Linares Deportivo, después de las malas sensaciones que dejó en su empate a uno en El Gran Derbi contra el Betis, con goles de Suso Fernández y Sergio Canales, de penalti, en el Benito Villamarín y con Yassine Bono como héroe blanquirrojo.

Al equipo de Julen Lopetegui le faltó profundidad y más ambición y claridad para acercarse a su mejor versión ante el eterno rival, en un partido en el que los béticos se mostraron superiores y donde el marroquí Bono fue decisivo y salvó un punto para el Sevilla FC al detenerle un penalti al galo Nabil Fekir a un cuarto de hora del final y ya con 1-1 el marcador.

Bono se convirtió así en el primer portero sevillista en parar una pena máxima en un derbi en Primera división, ya que en las tres anteriores erradas por el Betis en estos duelos de máxima rivalidad hispalense tanto el checo nacionalizado español Yanko Daucik, en 1960, como el búlgaro Trifon Ivanov (1991) y el brasileño Robert de Pinho (2007) lanzaron el balón fuera, destacó el Sevilla.

Con el penalti que Bono detuvo al campeón del mundo verdiblanco el pasado sábado en Heliópolis, el Betis suma 19 lanzamientos a favor en los 99 derbis de Primera división, con un saldo de 15 goles y con los cuatro lanzamientos errados ya mencionados (Daucik, Ivanov, Robert y el propio Fekir). 

En el derbi en el feudo del eterno rival, Bono alcanzó los 80 partidos en LaLiga y vio cómo Canales, también desde los once metros, le hizo encajar su tanto número 100. Recibió 89 dianas en 62 encuentros como cancerbero del Girona CF y sólo ha concedido 11 en las 18 jornadas que ha disputado defendiendo el arco del Sevilla FC.

La historia de Bono es bastante curiosa. Llegó a Nervión en el verano de 2019, cedido con opción de compra, y a dos meses de acabar la 19/20 tenía todas las papeletas para abandonar el club por la puerta de atrás, de manera discreta y señalado por algún que otro fallo garrafal en las contadas oportunidades que tuvo.  

La vuelta del confinamiento lo cambió todo y Bono pasó de ser un actor secundario -casi con categoría de figurante- a ser el protagonista y uno de los máximos artífices del título conquistado en Colonia (Alemania). El internacional marroquí fue el héroe de la sexta Europa League, junto a otros como De Jong, gracias a sus antológicas paradas en las eliminatorias. 

En los cuartos de final, el portero norteafricano le detuvo un penalti a Raúl Jiménez (Wolverhampton) en los primeros compases del partido y con 0-0 en el marcador. En semifinales, ante el Manchester United, le volvieron a lanzar otra pena máxima y adivinó también la dirección del misil de Bruno Fernandes, pero la violencia en el golpeo lo hizo imposible de repeler.

Aun así, detuvo el bombardeo de Rashford, Martial y el propio Bruno y su actuación fue clave para pasar a la gran final frente al Inter de Milan, donde, entre otras actuaciones salvadores, resultó providencial en un mano a mano ante el temible Romelu Lukaku. Esa fase final de la Europa League hizo que el Sevilla FC le fichase, que Lopetegui le diese el rol de titular indiscutible en esta 20/21 y que su valor de mercado se haya multiplicado casi por cuatro.   
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