Carlos Alcaraz dice basta en el US Open
El murciano, raro en él, ha mostrado su tensión por la presencia de una cámara antes de su estreno en el último Grand Slam del año

Carlos Alcaraz quiere el trono de la ATP y se le nota. El murciano sabe que se lo juega a todo o nada en el US Open para intentar volver a ser el número uno del mundo. Por eso, viendo que le ha tocado un cuadro complicado desde la primera ronda, no quiere dar ni una sola pista a sus rivales.
Y fruto de ello, el de El Palmar ha explotado y se ha enfadado por la presencia de una cámara fija en sus entrenamientos. Así, la misma ha recogido el momento en el que el tenista español le pedía explicaciones a su equipo en una pista de Flushing Meadows. Sin duda, un momento de tensión inusual en la figura de Carlos, quien siempre se ha mostrado natural y sin temor ante los medios de comunicación.
Con sus quejas, Carlos le pide un poco más de privacidad a los organizadores del certamen y a los responsables del circuito ATP, quienes están tratando de acercar lo máximo posible a los espectadores a sus ídolos grabando escenas y conversaciones que hasta ahora no se habían escuchado.
Por otro lado, en el Media Day, Alcaraz ha hecho referencia a su primera piedra en el camino para conquistar este 'Major': "Va a ser un partido muy duro. Nunca he jugado contra Opelka y todos sabemos su estilo de juego, así que tengo que estar muy concentrado en el resto y preparado. Debo meter todos los restos que pueda y luego ya se verá, pero mi confianza ahora mismo es alta. Estoy listo y me siento muy bien en pista".
Por otro lado, hizo referencia a su pronta eliminación con Raducanu en el dobles mixto: "Me hubiese gustado estar más preparado para jugarlos, porque esa noche dormí muy poco y no me pude preparar como quería. Igualmente, fue divertido y la atmósfera y el ambiente que había fue muy bueno. La Arthur Ashe casi llena y el formato me gustó, la verdad. Habríamos sido mejores si nos hubiésemos preparado mejor, pero estuvo bien".
Cuestionado una vez más por su rivalidad con Sinner, el murciano fue rotundo con su mensaje: "Creo que es especial porque nos tenemos mucho respeto y una muy buena relación. La gente ve lo que somos capaces de hacer cuando jugamos uno contra el otro, que es elevar nuestro nivel hasta lo más alto. Me fijo en él en muchas cosas para mejorar sobre pista dura, ojalá jugar la final contra él".