La gran promesa del tenis mundial se lleva un golpe de realidad en casa
Tras ganar en Buenos Aires, Joao Fonseca llegaba con las expectativas por las nubes a Río de Janeiro, sin embargo, ha pagado el desgaste físico de la semana pasada, hasta el punto de ser arrasado por Alexandre Müller en su estreno en 'casa'

En los últimos días estamos viendo muchos recordatorios de lo duro que es el tenis y lo cruel que puede llegar a ser para algunos jugadores. La final de Delray Beach en la que Alejandro Davidovich acabó llorando en medio de los puntos tras una desconexión que le costó un torneo que tenía ganado fue un ejemplo. Y este martes le ha tocado a la gran promesa del tenis mundial, que se ha llevado un golpe de realidad. A sus 18 años Joao Fonseca venía de ganar en Buenos Aires y tenía las expectativas por las nubes para conquistar Río de Janeiro, sin embargo, las cosas no han salido nada bien, al punto de caer estrepitosamente en su estreno.
Jugar en casa es una presión especial y más cuando siendo apenas un adolescente te conviertes en la bandera de todo un país y eso le ha pesado al joven contra el francés Alexandre Müller, alguien que por otra parte está muy lejos de ser un terrícola consumado, pero se ha aprovechado muy bien de la situación. El cansancio acumulado de la dura semana en Buenos Aires fue demasiado para el adolescente y acabó perdiendo por 6-1 y 7-6 en escasamente una hora y 32 minutos.

Muller hizo valer su mayor experiencia en una primera manga en la que prácticamente no le dio ninguna oportunidad a Fonseca y le quebró tres veces el servicio. Tras sacar a relucir su gran juego en el torneo porteño, esta vez su derecha no corría, el saque era un drama con muy poco continuidad y nada iba bien. De hecho, aunque mejoró en el segundo set y al menos empezó a ganar saques, en el desempate el francés fue más efectivo y cerró el partido y su pase a la segunda ronda.
La afición se quedó muda
La eliminación supuso un jarro de agua fría para la afición brasileña, que confiaba en que Fonseca se convirtiera en el primer local en conquistar el título en Río, el único torneo ATP 500 de Sudamérica. A la vez que supone un golpe para la joven promesa, que el año pasado, cuando disputó el torneo por primera vez gracias a una invitación, consiguió avanzar hasta cuartos de final, dándose a conocer al planeta. Pero ahora las expectativas eran muy altas pues venía de convertirse en el brasileño más joven en vencer un torneo ATP y el décimo que antes lo había logrado en la historia. No obstante, seguro que va a volver, y muchas veces, por lo que la 'torcida' puede estar tranquila.