La nueva estrella de la WTA se corona en Montreal
Victoria Mboko se ha coronado en el WTA 1000 de Montreal ganando a Naomi Osaka, el mayor título de su vida y que le da una dimensión diferente a la carrera de una de las grandísimas estrellas de futuro del tenis femenino

Victoria Mboko, recuerden ese nombre. 18 años, todo un futuro por delante y una realidad, que ha nacido una estrella en el el WTA 1000 de Montreal. La joven jugadora canadiense lleva avisando toda la temporada, con algunos torneos en lo que conseguía victorias de renombre o daba problemas a jugadoras mejores, sin embargo, le faltaba el salto final. Pero ya no, ha llegado en el torneo canadiense, en casa, donde se ha coronado superado en la gran final a toda una ex número 1 y ganadora de cuatro Grand Slams como Naomi Osaka. Además, va a dar un salto gigante hasta el puesto 25 de la WTA, que le va a hacer partir como cabeza de serie en el US Open.

Tras una semana casi perfecta, en la que aupada por su público estaba logrando superar rondas como si no costara, ganando a quien sea que se le pusiera por delante, incluso vapuleando sin contemplaciones a la número 2 del planeta, Coco Gauff, la final fue otra historia. Por primera vez le pudo la presión. Tanto que el primer set solo tuvo un color, el de Osaka, pues lo ganó muy pronto y casi sin sudar por 6-1. Esto hacía pensar que la final estaba lista para sentencia, pero nada más lejos de la realidad. Mboko llegó a tiempo.
Una resurrección histórica
No se vino abajo, de hecho, todo lo contrario, pues Mboko comenzó a jugar mucho mejor, al menos al resto, rompiendo los cuatro primeros juegos de Osaka, que se vio superada e impotente ante la potencia y la velocidad de la canadiense. Pero con su saque era un drama, ya que la japonesa también logró tres 'breaks', aunque más por la inexperiencia de la norteamericana, muy blanda por culpa de la tensión del momento, haciendo con 8 dobles faltas y 17 errores no forzados en el set, dando alas a una Osaka que ahora no estaba pasando por un buen tramo del duelo. Así al final supo aprovecharlo la adolescente y cerró el set 6-4 igualando la final.
Con este golpe sobre la mesa Mboko se fue creciendo a medida que Osaka perdía su confianza de manera muy evidente. La canadiense y la japonesa se intercambiaron dos 'break' al inicio del tercer set, pero Osaka no dio más de sí. La canadiense ganó los cinco siguientes juegos, incluidos tres nuevas roturas, para llevarse el set y el partido a base de magia y potencia, dejando muestras de su calidad una vez que se soltó. Pero nada más terminar, no se creía lo que estaba viviendo, pues cuando Osaka mandó a la red la primera pelota de partido, Mboko se quedó petrificada, prácticamente sin reacción, más allá de su sonrisa. Y es que acababa de lograr el, con diferencia, mayor hito de su corta carrera.