Alex Pereira revienta el UFC 320
El luchador brasileño dejó claro de qué pasta está hecho con un combate sublime y repleto de potencia sobre el octógono

¡Alex Pereira está de vuelta... y por todo lo alto! El brasileño se plantó en el UFC 320 con el deseo de recuperar la corona y necesitó poco más de un minuto ante un Magomed Ankalaev que apenas opuso resistencia. Fue una paliza, una que reventó cualquier atisbo de una larga y competida pelea y que dejó claro que Pereira estaba más que motivado tras caer justo ante este rival en el mes de marzo.
"La derrota nunca es algo bueno, pero a veces te pone algo de veneno. No vamos a poner excusas, pero yo no estuve bien esa noche", comenta sobre lo ocurrido hace meses y cómo le ha dado la vuelta para recuperar el cinturón. Recordemos que en el mencionado mes de marzo Ankalaev arrebató el título a Pereira por decisión unánime.
En esta oportunidad no hubo resquicio a sorpresa alguna. Pereira salió con todo a por el daguestaní, se hizo con el centro de la jaula y fue desgastando a su oponente a base de patadas bajas. Tras ese fulgurante comienzo, se sacó una volea de derecha que mandó a la lona al ya excampeón. Con este en el suelo le fueron cayendo puñetazos sin respuesta, lo que hizo que el árbitro detuviese el combate. Exactamente fue una masacre de 1 minuto y 20 segundos.
Mientras Pereira ponía las cosas en su lugar, entre el público se encontraban dos de sus posibles rivales en la defensa de la corona, un Carlos Ulberg al que Dominik Reyes no le duró ni un round la semana pasada, así como Jiri Prochazka, quien en esta misma velada del UFC 320 puso a dormir a Khalil Rountree Jr.
Merab tampoco perdona
Parece que Merab Dvalishvili seguirá siendo el rey del peso gallo hasta que él mismo estime oportuno. En su tercera defensa del título se impuso a Cory Sandhagen (cuarto del ranking) por decisión unánime (49-45, 49-45 y 49-46). Así lo explica él mismo. "Soy una máquina. Cada vez mejoro y mi equipo se sorprende, al igual que yo, porque entreno muy duro. Me siento como si solo estuviese empezando. Antes era un peleador muy alocado, un guerrero, pero estoy aprendiendo poco a poco", sentencia.
En cuanto al desarrollo del combate, lo cierto es que Cory resistió bien al constante castigo de Merab, que metió buenas manos, intentó sin parar el derribo y presionó al estadounidense contra la reja. Por momentos fue una lluvia de golpes, una que dejó a Sandhagen al borde del KO. Lo evitó, peor no así derrota cuando tocó 'echar números' sobre lo acaecido en el octógono.