El movimiento se demuestra andando y el
Sevilla avanza en el necesario proceso de adaptación tras la enésima remodelación profunda.
Berizzo se acerca paso a paso a lo que pretende de su equipo, y aunque todavía restan aspectos por mejorar, las soluciones aportadas por el argentino surten efecto y se percibe una mejoría.
Avance que facilita, sin duda, disponer de una fuente inagotable de recursos merced al talento de la plantilla, aunque de nada serviría sin una gestión adecuada, tarea en la que el técnico de
Cruz Alta muestra excelentes maneras. Ayer, ante las bajas en la medular, armó de clase el juego interior con
Ganso y
Sarabia a ambos lados de
N'Zonzi, lo que propició un arranque dubitativo ante la intensa presión de los armeros pero a la larga concedió los réditos esperados por el 'Toto'.
En la circulación faltaba, aunque resulte extraño, más dinamismo que profundidad, pues la ausencia de chispa en la posesión estática frente a un ordenado rival la compensaban los chispazos de
Ganso y
Sarabia, que pusieron de gol a un activo
Ben Yedder y a
Nolito con dos delicados servicios. Funcionaba quizás a impulsos un
Sevilla sin un timonel claro en el centro del campo, situación que no repercutía en el sistema de contención, que evidenció que
Berizzo lo trabaja con esmero.
No existieron las lagunas atrás de citas anteriores ni concesiones groseras, al contrario; el perfecto sostén para desatarse en la segunda mitad a partir de acciones rápidas y latigazos por banda de
Nolito que rompieron la resistencia armera, con visión por dentro y desborde por fuera para rematar en posición franca.
Álvaro Palomo
