La historia del tiempo muerto: cómo nació y cómo se gestiona
Se trata de una de las prácticas más comunes en este deporte y tiene su origen en las normas originales del mismo

En todos los deportes de equipo en los que el tiempo influye mucho siempre se reflexiona sobre que haría falta un tiempo muerto, que sería perfecto para que el entrenador pudiera aplicar los cambios para que el equipo funcione mejor. En el fútbol en estos últimos años esto se viene haciendo en el parón que se hace para beber agua cuando las temperaturas son altas. Sin embargo, en el baloncesto siempre ha existido esta posibilidad porque se entendía crucial. Teniendo en cuenta las dimensiones de la pista de baloncesto y lo que puede cambiar un partido en cuestión de segundos, se entiende a la perfección porque se estableció esta norma desde sus inicios. Y es que con un marcador de incluso tres abajo, a falta de pocos segundos, es normal ver un tiempo muerto, ya sea del equipo que gana o que pierde, para saber como organizar la última jugada del partido y conseguir la victoria o el empate a través de un triple.
El origen
La inclusión del tiempo muerto está contemplada desde el origen del propio deporte, en las reglas originales. Fue James Naismith, un profesor de Educación Física estadounidense quien inventó este deporte a finales del siglo XIX, concretamente en 1891. Sobre todo, las reglas estaban orientadas a garantizar el ritmo del juego, que no se volviera algo repetitivo, y precisamente para poder controlarlo y que la lentitud no fuera la protagonista, incluyó el tiempo muerto. Sobre todo, lo que se busca por parte del entrenador es definir los movimientos que se deben hacer en cada jugada. Los bloqueos o los movimientos de despiste son claves en baloncesto, y como tal, todos los jugadores deben tener claro cuáles deben ser sus siguientes movimientos para que la jugada sea fructífera, especialmente si se está acabando el partido, o directamente se trata de la última jugada.
Regulación actual
En la mayoría de ligas y competiciones profesionales de baloncesto, según establece la FIBA, los equipos disponen de un total de 5 tiempos muertos para solicitar, dos en la primera parte y otros dos en la segunda. Eso sí, para evitar que los últimos minutos sean interrumpidos en exceso, cuando falten 2 minutos para que acabe el partido, solo se puede utilizar un tiempo muerto, al que se añadiría uno en caso de prórroga, con una oportunidad más por cada alargue. Esos tiempos muertos son tan solo de un minuto y comienzan cuando pita el árbitro, de manera que es importante que los jugadores acudan rápido a su banquillo.