Antonio José Medina4 min lecturaUnicaja defenderá su título de campeón de la Liga de Campeones FIBA (BCL) después de haber superado un ambiente infernal en Atenas y de haber derrotado al AEK local por 65-71, en un partido intenso y muy duro, que se saldó con un resultado corto y en el que las defensas se impusieron a los ataques. Sin embargo, no pudo haber final española después de que La Laguna Tenerife viera cómo el Galatasaray turco le remontaba para ganarle con mucha claridad (80-90)
La gran final entre Unicaja de Málaga y Galatasaray se disputará este domingo a las 19:00 horas en el SUNEL Arena de Atenas. De ganar los malagueños no sólo renovarían el título logrado el pasado año, sino que alcanzarían su cuarto entorchado en esta histórica temporada, en la que ya han ganado la Copa Intercontinental, la Supercopa ACB y la Copa del Rey, las dos últimas al Real Madrid.
Dylan Osetkowski, un jugador que a veces se le critica por sus lagunas, suele ser decisivo cuando aparece y, en este caso, volvió a serlo. El ala-pívot fue el líder de Unicaja en su importante triunfo ante el AEK de Atenas, en la capital griega, con 14 puntos y 10 rebotes.
Ante unos 9.000 hinchas griegos que no dejaron de animar, el triunfo de Unicaja toma más valor. Sobre todo porque lo hizo con todo en contra, perdiendo con claridad en el último cuarto y obrando una gran remontada final que le dio el triunfo.
El equipo de Ibon Navarro aguantó los dos primeros cuartos con ventajas mínimas (20-23) y (31-37) merced a los puntos de David Kravish y Dylan Osetkowski. Pero el equipo ateniense, con un Hunter Hale, máximo anotador de la temporada en AEK, que no había aparecido hasta ese momento y con Golden, su mejor hombre, le daba la vuelta al marcador. Los seis puntos de ventaja de los malagueños al descanso, se transformaron cinco abajo (55-50) al final del tercer acto.
Esperaban diez minutos infernales, con el pabellón encendido. Y ahí apareció la mejor versión de Tyson Pérez, el mejor momento de Yankuma Sima y, los de siempre, Perry, Carter y Osetkowski para darle la vuelta al marcador de forma definitiva.
La Laguna Tenerife, por su parte, empezó ilusionando y acabó bajando los brazos. El equipo español aguantó al poderío del conjunto turco en el primer cuarto liderado por el de casi siempre, Marcelinho Huertas, e ilusionó a sus aficionados cuando se escapó en el segundo periodo (40-25), pero todo cambió con la ausencia de Gio Shermadini, por faltas, y con un Ibou Badji que no pudo suplir la importante ausencia de Fran Guerra.
Un parcial en los últimos minutos del segundo cuarto de 15-3 dejó la ventaja en nada (43-40) y encendió los ánimos del equipo turco, que llegaba con más confianza al descanso. Los malos presagios se confirmaron y el Galatasaray se escapó de la mano, sobre todo, de Ángel Delgado y Will Cummings, más el dominio bajo los tableros del ex del Real Betis Ebuka Izundu.
Al final del tercer cuarto ya ganaba de nueve (55-64) y esa diferencia se fue hasta los 17 puntos (60-77) cuando aún quedaban casi seis minutos de partido. No hubo para más, el equipo español bajó los brazos y los últimos minutos, sin opción a la reacción, sólo sirvieron para que el Galatasaray diera descanso a sus hombres y el marcador se maquillara.