La manta del Betis abriga, pero es demasiado corta

"El fútbol es una manta corta: si te tapas los pies te descubres la cabeza, y si te tapas la cabeza te descubres los pies". La frase, pronunciada por Tim, ex jugador y entrenador brasileño que dirigió a Perú en el Mundial de España de 1982, ha perdurado en el tiempo porque se ajusta perfectamente a la realidad de muchos equipos que ven cómo una mejoría defensiva implica inevitablemente una pérdida de potencial ofensivo, y viceversa.
Últimamente, el Betis también está notando estos síntomas. Si hace un año se metió en Europa gracias, en gran medida, a su enorme pegada pese a la fragilidad que exhibía de medio campo para atrás, ahora presume curiosamente de lo segundo y carece de lo primero.
Buena prueba de ello es que tres de sus últimos cuatro partidos oficiales (Espanyol, Lyon y Granada) terminaron con empate a cero. En dichos encuentros los verdiblancos se mostraron solventes en defensa, hasta el punto de que los guardametas (Sara y Andersen) no tuvieron que realizar ninguna parada de mérito.
Las claves de esta evolución tienen que ver con el buen momento de los centrales, la constancia de los laterales, la llegada de buenos destructores como Xavi Torres y Lolo Reyes, y la intensa presión que viene realizando todo el equipo en su conjunto.
Por el contrario, la sequía goleadora puede atribuirse a la ausencia de Rubén Castro, pero también a las discretas actuaciones de los encargados de dar el último pase, a la escasa aportación de Chuli y Braian Rodríguez, y al mal estado del césped, que no ayuda precisamente.
Últimamente, el Betis también está notando estos síntomas. Si hace un año se metió en Europa gracias, en gran medida, a su enorme pegada pese a la fragilidad que exhibía de medio campo para atrás, ahora presume curiosamente de lo segundo y carece de lo primero.
Buena prueba de ello es que tres de sus últimos cuatro partidos oficiales (Espanyol, Lyon y Granada) terminaron con empate a cero. En dichos encuentros los verdiblancos se mostraron solventes en defensa, hasta el punto de que los guardametas (Sara y Andersen) no tuvieron que realizar ninguna parada de mérito.
Las claves de esta evolución tienen que ver con el buen momento de los centrales, la constancia de los laterales, la llegada de buenos destructores como Xavi Torres y Lolo Reyes, y la intensa presión que viene realizando todo el equipo en su conjunto.
Por el contrario, la sequía goleadora puede atribuirse a la ausencia de Rubén Castro, pero también a las discretas actuaciones de los encargados de dar el último pase, a la escasa aportación de Chuli y Braian Rodríguez, y al mal estado del césped, que no ayuda precisamente.