Dani Pacheco: un joven veterano curtido en muchísimas batallas
De orígenes humildes, cambió su Pizarra natal por La Masía con apenas 12 años, marchándose después a un Liverpool con el que debutó en la Premier y la Champions, pero en el que no halló sitio y que lo cedió a Norwich, Rayo y Huesca.

Un jovencísimo veterano. Así se podría calificar al último fichaje verdiblanco, Dani Pacheco, un futbolista que pese a contar con apenas 23 años tiene a sus espaldas una trayectoria tan dilatada como digna de conocer. Toda una vida dedicada al fútbol que arrancó en su localidad natal, Pizarra (Málaga). De orígenes humildes, destacó desde muy pequeño con un balón en los pies. Como su hermano mayor, Juan Antonio, recibió siempre el apoyo de su padre, Salvador, que se veía obligado a compatibilizar su trabajo en el bar familiar, el ´50 y Uno´, con viajes diarios de hasta 60 kilómetros para que ambos entrenasen y jugasen.
No obstante, sólo Dani logró despuntar. Exhibió su velocidad en el Peña La Vega y, posteriormente, en el Málaga. Sin embargo, su vida daría un vuelco con apenas 12 años, cuando el Barcelona llamó a su puerta y le ofreció probar suerte en La Masía. Ni él ni su familia se lo pensaron. Sabían que tenía ante sí la oportunidad de su vida y todos pusieron de su parte para que no la desaprovechase. Así, se fue a cientos de kilómetros de casa y un objetivo entre ceja y ceja: triunfar. Lo hizo vestido de azulgrana durante cuatro temporadas, llegando incluso a ser internacional sub 16 y sub 17.
Fue entonces, en 2007, cuando el Liverpool, igual que hizo con otras promesas españolas como Miki Roqué o Dani Ayala, se cruzó en su camino. Él aceptó el reto y se enroló en el filial, con el que ganó la Liga Norte, marcando el gol decisivo al Blackburn Rovers, y también la de toda Inglaterra. Es más, su progresión le permitió debutar con los mayores a los 18. Primero, en Champions, sustituyendo a Aquilani frente a la Fiorentina. Después, en la Premier, relevando de nuevo al italiano ante el Wolverhampton. Incluso, en 2010 se convirtió en la referencia ofensiva de España sub 19, siendo el máximo artillero del Europeo de la categoría con cuatro dianas. Sólo le faltó llevarse el título, pero Francia venció en la final a la ´Rojita´.
En cualquier caso, Dani ya había mostrado sus credenciales. Pronto seguiría escalando en el combinado nacional, llegando a la sub 20 y la sub 21. Pese a todo, su sitio no estaba en el Liverpool. Por ello, inició durante la recta final de la 10/11 un carrusel de cesiones que tuvo su primera parada en el Norwich. De allí, se marchó al Atlético, que lo mandó a un Rayo Vallecano con el que debutaría en Primera a lo largo de la 11/12, aunque siempre sin dejar de ser un suplente habitual. Tanto es así que en ninguno de los once duelos en los que participó fue titular.
Como consecuencia, regresó a Anfield, donde siguió sin oportunidades, lo que motivó su salida en enero de 2013, encontrando acomodo en el Huesca. Y en El Alcoraz volvió por sus fueros. Fue indiscutible, jugando 19 duelos y logrando cinco dianas que, pese a todo, no sirvieron a los aragoneses para salvarse.
Sea como fuere, aquella experiencia le permitió ganar prestigio en Segunda. Consciente de ello, rescindió con el Liverpool y escuchó ofertas, marchándose al Alcorcón, donde rindió de nuevo a un gran nivel, acumulando 32 choques y cinco tantos. Estas credenciales y el hecho de que no renovase con los amarillos el pasado 30 de junio facilitaron su llegada a Heliópolis, donde afrontará un nuevo reto en su carrera: intentar devolver al Betis a Primera. Un desafío que no le asusta, ya que, como le repite desde siempre su padre, "tiene el triunfo dentro; sólo necesita tiempo para que salga".
No obstante, sólo Dani logró despuntar. Exhibió su velocidad en el Peña La Vega y, posteriormente, en el Málaga. Sin embargo, su vida daría un vuelco con apenas 12 años, cuando el Barcelona llamó a su puerta y le ofreció probar suerte en La Masía. Ni él ni su familia se lo pensaron. Sabían que tenía ante sí la oportunidad de su vida y todos pusieron de su parte para que no la desaprovechase. Así, se fue a cientos de kilómetros de casa y un objetivo entre ceja y ceja: triunfar. Lo hizo vestido de azulgrana durante cuatro temporadas, llegando incluso a ser internacional sub 16 y sub 17.
Fue entonces, en 2007, cuando el Liverpool, igual que hizo con otras promesas españolas como Miki Roqué o Dani Ayala, se cruzó en su camino. Él aceptó el reto y se enroló en el filial, con el que ganó la Liga Norte, marcando el gol decisivo al Blackburn Rovers, y también la de toda Inglaterra. Es más, su progresión le permitió debutar con los mayores a los 18. Primero, en Champions, sustituyendo a Aquilani frente a la Fiorentina. Después, en la Premier, relevando de nuevo al italiano ante el Wolverhampton. Incluso, en 2010 se convirtió en la referencia ofensiva de España sub 19, siendo el máximo artillero del Europeo de la categoría con cuatro dianas. Sólo le faltó llevarse el título, pero Francia venció en la final a la ´Rojita´.
En cualquier caso, Dani ya había mostrado sus credenciales. Pronto seguiría escalando en el combinado nacional, llegando a la sub 20 y la sub 21. Pese a todo, su sitio no estaba en el Liverpool. Por ello, inició durante la recta final de la 10/11 un carrusel de cesiones que tuvo su primera parada en el Norwich. De allí, se marchó al Atlético, que lo mandó a un Rayo Vallecano con el que debutaría en Primera a lo largo de la 11/12, aunque siempre sin dejar de ser un suplente habitual. Tanto es así que en ninguno de los once duelos en los que participó fue titular.
Como consecuencia, regresó a Anfield, donde siguió sin oportunidades, lo que motivó su salida en enero de 2013, encontrando acomodo en el Huesca. Y en El Alcoraz volvió por sus fueros. Fue indiscutible, jugando 19 duelos y logrando cinco dianas que, pese a todo, no sirvieron a los aragoneses para salvarse.
Sea como fuere, aquella experiencia le permitió ganar prestigio en Segunda. Consciente de ello, rescindió con el Liverpool y escuchó ofertas, marchándose al Alcorcón, donde rindió de nuevo a un gran nivel, acumulando 32 choques y cinco tantos. Estas credenciales y el hecho de que no renovase con los amarillos el pasado 30 de junio facilitaron su llegada a Heliópolis, donde afrontará un nuevo reto en su carrera: intentar devolver al Betis a Primera. Un desafío que no le asusta, ya que, como le repite desde siempre su padre, "tiene el triunfo dentro; sólo necesita tiempo para que salga".