Sus allegados le definen como una persona reservada, responsable y familiar

Pezzella y su lado menos conocido

Su padre es hincha de Boca, su hermano también es futbolista profesional, su hermana practica el hockey y él se miraba en el espejo de Fabián Ayala.

Pezzella y su lado menos conocido
Foto de familia con sus padres y sus dos hermanos. - David Díaz
La historia de Germán Alejo Pezzella empezó el 27 de junio de 1991 en Bahía Blanca, una ciudad del interior situada al sur de Buenos Aires.

Como todo niño que sueña con ser futbolista, empezó a dar patadas al balón antes de que se le cayera el primer diente, alentado especialmente por su hermano mayor, Bruno, que también ha llegado a ser profesional y ahora juega en Deportivo Santamarina. Su primer equipo fue el de su barrio, llamado Kilómetro Cinco, luego pasó al de un pueblo cercano, Juventud Unida, y de ahí a Olimpo, el más importante de su ciudad. Allí, a los 15 años, llamó la atención de un ojeador de River, que le consiguió una prueba.

Y se aferró a ella con uñas y dientes... pese a los colores de su padre, que es hincha de Boca Juniors. Un par de partidos amistosos le valieron para convencer a los técnicos y quedarse en la pensión del conjunto millonario.

Dado su carácter reservado y el fuerte vínculo que mantenía (y mantiene) con su familia, le costó adaptarse a su nueva vida, si bien su rendimiento nunca se vio resentido. Tanto es así que, sólo un año después de ingresar en la cantera de River, ya fue convocado por la selección Argentina sub 16. Eso sí, en cuanto pudo, es decir, en cuanto su hermano se mudó a Buenos Aires, aprovechó la ocasión para dejar la pensión y convivir con él. "Mi mejor amigo es mi hermano", suele decir. Y su mejor amiga, su hermana menor, Bárbara, que practica el hockey.

En 2009 realizó su primera pretemporada con el primer equipo a las órdenes de Néstor Gorosito, aunque su debut oficial se retrasó hasta 2011. Entonces fueron Almeyda (exsevillista) y Amato (exbético) quienes le dieron la alternativa en un partido de la Copa Argentina contra Defensores de Belgrano. Y poco después se convirtió en jugador profesional a todos los efectos... en el momento más difícil de la historia de River Plate, cuando competía en la Nacional B (Segunda división).

Una vez ya en la máxima categoría, Pezzella fue adquiriendo galones tanto en River como la selección argentina sub 20, la cual capitaneaba. A base de grandes actuaciones y goles importantes que dieron títulos y alegrías frente al eterno rival, Pezzella se labró un nombre y despertó el interés de clubes europeos. De hecho, poco antes de lesionarse de gravedad, su club rechazó dos ofertas suculentas de Stuttgart y Monaco, que estaban dispuestos a desembolsar 8 millones de euros, una cantidad muy inferior a la que ha terminado pagando el Betis.

Admirador de Fabián Ayala, su corazón pertenece a la modelo Agustina Bascerano y su cabeza empezó a formarse para el Periodismo Deportivo, aunque lo dejó. Antes, su padre había intentado que fuese bioquímico, como él.