Para los millenials, la frase será del todo desconocida, para el resto de lectores es fácil reconocer el "Balones a Will" que puso de moda la ya mítica serie de
'El Príncipe de Bel-Air', con un joven
Will Smith como protagonista y máxima estrella del equipo de baloncesto de su instituto, lo que llevaba a su entrenador a castigar con "20 vueltas" a la pista a todo aquel jugador que no le pasase la pelota a Will. El
Betis ha tenido su propio Will Smith en
Rubén Castro.
Durante los últimos ocho años -tiempos muy complicados en
Heliópolis, con dos temporadas en Segunda incluidas- el canario ha sido el 'Príncipe' del
Benito Villamarín, el clavo ardiendo al que todo el beticismo se agarraba para tener algo en lo que soñar. Fue en
La Palmera donde el '24' dejó de ser un nómada y halló el hábitat y la estabilidad que necesitaba para dejar brotar su calidad y un instinto goleador fuera de toda duda.
Le dieron su cetro y un trono y él correspondió con
147 goles en forma de cemento para cimentar el equipo que tanto ha ilusionado esta temporada. Entre el
Betis y
Rubén ha habido una sinergia fabulosa. Juntos, han celebrado ascensos y clasificaciones europeas, pero también han llorado descensos y cursos decepcionantes. Por todo ello, el delantero merece tener un final de serie.
De ahí que, aun sin confirmar
Setién si será o no titular hoy en
Butarque, todo el vestuario verdiblanco clame eso de "Balones a Rubén". El máximo goleador de la historia del club está a sólo una diana de alcanzar las 78 de
Poli Rincón y ser también el 'pichichi' del Betis en
Primera división. Tiene que marcar como sea. Porque el récord de
Rubén Castro sería un éxito colectivo, un broche de oro a una temporada brillante y, como recordó ayer el técnico del Betis, porque que marcase acercaría la victoria y ésta, a su vez, la quinta plaza y esos casi siete millones de euros que acotan las notables diferencias entre acabar
LaLiga quintos o sextos.
En resumen, un gol suyo sería el mejor homenaje posible y aportaría aún más emotividad en un partido diseñado como agradecimiento a los mitos. También la parroquia local va a rendirse esta tarde ante sus ídolos,
Asier Garitano y
Martín Mantovani, el entrenador y el capitán que han conducido al
Leganés desde
Segunda B a rozar los puestos europeos en Primera y jugar las semifinales de la
Copa del Rey de este año.
Dicen que es de bien nacido ser agradecido y, en síntesis, ése será el tema de fondo en esta última jornada de la 2017/2018. No obstante, mitos como ellos se han ganado este estatus por su profesionalidad, su carácter competitivo y sus ganas de ganar hasta al parchís.
Por eso, que nadie espere un 'bolo' estival.
Garitano ya confirmó el once y dará minutos a algunos de los menos habituales, pero saldrá con un once para ganar. Setién, con más motivos aún para querer los tres puntos, llega con muchas bajas (
Boudebouz y
Barragán se han sumado al ya nutrido parte médico), pero a priori saldrá con los titulares, con los que han hecho posible el regreso del 'EuroBetis'.