Lopetegui: cuando centrar mucho no significa atacar bien

Carlos PérezCarlos Pérez
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Lopetegui: cuando centrar mucho no significa atacar bien
- Carlos Pérez (@carlosperezED)
Necesita fichar un delantero de manera urgente en enero. O puede que no. Depende de cómo se mire. De si se atiende sólo a los números o de si se buscan los porqués.

Es posible que el problema con el gol que arrastra el Sevilla FC no responda a una cuestión de nombres, aunque reconozca que es tremendamente difícil mantener dicha teoría. Quizás, deme la oportunidad de discutirlo, esté todo el mundo equivocado y hasta tengan más motivos para quejarse De Jong, Chicharito y Dabbur -¡fíjese hasta dónde llego!- que los propios aficionados (la Prensa, que un día dice "A" y al siguiente "B", los tiene siempre...).

A lo mejor es que la pregunta no es si los delanteros que hay en la plantilla son "buenos o malos". A lo mejor lo que habría que cuestionarse es por qué en otros equipos marcaban goles y en el de Julen Lopetegui no. Y ahí, entonces, dar con el problema. Que lo hay. Claro que lo hay.

Decir que los puntas no valen porque el Sevilla ataca mucho y llevan pocos goles es una falacia. Indiscutible, porque representa un dato objetivo, es que este Sevilla centra al área rival una barbaridad. Y ahí, quién lo iba a decir, puede estar precisamente el quid de la cuestión: que ni centra bien ni sabe atacar de otro modo. Bueno, sí, a balón parado, como ha hecho casi la mitad de todos sus tantos en LaLiga (10 -dos de ellos de penalti- de 23). Y eso dice mucho, para bien y para mal. 

Desde el primer amistoso estival, el equipo tuvo un sello, siendo éste un aspecto especialmente meritorio al contar el técnico vasco con una plantilla casi nueva, en la que los jugadores no se conocían entre ellos, en la que el técnico debía que crear todos los automatismos. Desde ese primer amistoso, presionaba alto y ordenado tras la pérdida, era duro como una roca en defensa, potente por alto y sacaba bien desde atrás el balón jugado. Pero en los tres cuartos de campo, si no es mediante el resplandor de una carrera de Ocampos, se le apaga la luz.

Los tres de arriba, de hecho, apenas se relacionan entre sí (lo hacen más con Nolito, que por eso juega siempre que está sano, aun no dándole ya el físico), y así es difícil que el '9', se llame como se llame, haga algo. Para dos centrales, y el ocasiones hasta para tres, resulta muy fácil defender a un único atacante; sobre todo, si siempre le intentan hacer llegar los compañeros el balón del mismo modo. Hay poca agitación, apenas se tiran desmarques ni nadie aparecer desde la segunda línea para ganar tratar de ganar una segunda jugada. El fútbol es fuga, imprevisibilidad, explotar los espacios... y este Sevilla siempre corre por los mismo pasillos, por los que les dejan adrede los rivales, por los que no se hace daño

Ahora bien, gracias a esa rigidez, a que nadie se descuelga, a que el equipo no se rompe nunca, está el Sevilla de Lopetegui donde está. Porque a la contra no le ha hecho gol ningún rival y, en general, muy pocos. Es decir, que es cuestión de aceptar que o bien ficha un delantero que se sepa fabricarse los goles por sí solo, de esos que se cuentan con los dedos de una mano, o bien asume que centrar mucho no significa atacar bien y que debe buscar una solución, en la pizarra y/o en el mercado -fichando al fin un buen extremo con capacidad asociativa-, para que los delanteros que tiene hagan lo que han hecho toda la vida: goles
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