Se confirma lo de Vingegaard en La Vuelta
La Vuelta a España neutraliza el final de etapa en Bilbao por las protestas y el danés logra sacar más ventaja para la general en el punto kilométrico donde se contabilizaron los tiempos de llegada

No hubo ganador de etapa, pero sí 'ganador' de la general en la undécima etapa de la Vuelta a España. Joao Almeida atacó todo lo que pudo y más, pero el que finalmente logró sumar otros diez segundos en la general sobre su gran rival fue un Jonas Vingegaard que pasó con ese tiempo de ventaja, junto a Tom Pidcock, por la pancarta de tres kilómetros a meta.
Ahí acababa la etapa. Las protestas contra el equipo de Israel y de apoyo a Palestina habían subido de tono en la llegada de Bilbao y la organización de la Vuelta a España decidió que no habría lucha por la etapa ni ganador, pero que sí contaría para la general y que las diferencias se decidirían en ese punto kilométrico.
Tras una etapa con claro protagonismo español y con Juan Ayuso y Mikel Landa dando guerra, al final, los favoritos afrontaron unidos la subida al Alto de Pike, último de los siete que se han subido en esta jornada. Ahí, Tom Pidcock atacó y logró coronar en solitario junto a Vingegaard, eso les permitió sacar la ventaja que mantuvieron hasta el final.
Ayuso y Pedersen, los más activos desde el principio
En el primero de ellos, el Alto de Laukiz, con apenas dos kilómetros recorridos, sirvió para que Juan Ayuso intentara repetir lo de Cerler, pero el pelotón no le dejó que se moviera; poco después, en el siguiente, en el Alto de Sollube, el que lo intentó fue Mads Pedersen y detrás de él se fue un grupo en el que, otra vez, estaba Ayuso o un Santiago Buitrago dispuesto a dar guerra.
El grupo no estaba dispuesto a permitir aventuras con tantos pequeños puertos por delante que podían romper la carrera y no permitió que nadie se desmarcara de forma notable. Lo más que lograron los siguientes escapados, Mads Pedersen, Marc Soler y Orluis Aular fue llegar al minuto de ventaja. Marc Soler alargo su aventura unos kilómetros más con un ataque en el Alto de Morga, pero el que ya sí dio emoción a la carrera fue Mikel Landa. El vitoriano se escapó con un espectacular ataque a 56 km de meta y, tras unírsele Santiago Buitrago, ambos amenazaron con tomar una diferencia que ya fuera más seria.

La aventura del ciclista alavés se torció cuando, poco antes del último puerto, a 32 kilómetros de meta, pagó el esfuerzo y empezó a dolerse de la espalda. La lesión producida en el Giro volvía y no sólo se dejó atrapar por el grupo perseguidor, el de los favoritos, sino que se tuvo que descolgar rápidamente de ellos.
En la segunda subida al Vivero, Joao Almeida atacó por dos veces en un intento de descolgar a Jonas Vingegaard, pero el danés aguantó. El grupo cogió finalmente a Buitrago antes del Alto de Pike, donde se jugó la victoria, un triunfo que habría sido para Vingegaard o Pidcock de haber llegado a la meta. No ocurrió por las protestas, pero la ventaja sí sirvió para hacer más líder al danés.