Francisco Gaviño: "Entrenar todos los días en mi tierra, Andalucía, es algo soñado"

El jinete sevillano cuenta a ESTADIO Deportivo su experiencia en Tokio 2020 y cómo se vive su deporte en Andalucía

Luisma SánchezLuisma Sánchez 16 min lectura
El jinete sevillano Francisco Gaviño (Sevilla, 25 años) participó en los Juegos Olímpicos de Tokio con buenas sensaciones, a pesar de los resultados en la prueba y de las complicaciones por el estado físico de su yegua, Source de la Faye, durante el viaje hasta Japón. A su corta edad, ya cuenta con la experiencia olímpica y pretende seguir en aumento y sumando buenos resultados en el futuro. 

La hípica es un deporte que se contempla bastante en la comunidad andaluza. Por eso, Gaviño repasa durante su entrevista con ESTADIO Deportivo cómo se trabaja este deporte desde Andalucía, su experiencia en los Juegos Olímpicos y su preparación. Una tarea que lleva a cabo desde el pueblo en el que se crio su madre, Fuentes de Andalucía, como centro de operaciones. Allí trabaja y mima a sus caballos, que son considerados unos atletas más. 

- ¿Cómo fue su experiencia en Tokio 2020?
- Tokio fue una gran experiencia. Fue una experiencia increíble para mí. Se dieron muchos factores para ello. La hípica es un deporte donde la experiencia juega un papel fundamental. No es normal ver gente muy joven compitiendo en esos niveles, donde la media de edad suele estar entre los 40-45 años. Ver gente con 23 o 25 años es bastante extraño. Por ese lado fue muy especial para mí, porque no me lo esperaba poder clasificarme y poder ir. Por supuesto por el tema del COVID y por el traslado al año siguiente de los Juegos Olímpicos. Me lo pasé muy bien, dentro de lo que cabe, porque desde el punto de vista de la experiencia fue especial para mí; pero desde el punto de vista competitivo tuve muchos problemas. Mi yegua llegó del viaje de avión muy mal físicamente, con una pequeña enfermedad llamada 'enfermedad del lunes'. Una miositis que se produce cuando caballos que están en muy alto estado físico, al estar durante un largo período de tiempo parados o muy quietos, como en el avión, y más tarde empiezan a moverse generan una reacción muscular donde se vierten muchas proteínas al riñón. Fue un problema importante, de muchos caballos, no solo de mi yegua. Eso me impidió que en esa semana previa pudiera aclimatarme de la mejor manera posible. Estuvimos a punto de tener que retirarnos. Se retiraron todos los caballos que tenían esta enfermedad salvo nosotros, que pudimos terminar el concurso. Fue una semana muy dura para mí porque estaba muy preocupado por si podía estar con las prestaciones suficientes para poder competir en una prueba de ese nivel. Sabía que la yegua no estaba como en otras ocasiones, pero gracias a la ayuda de los veterinarios y de los fisios pudimos sacar todo hacia adelante. Estuvo tratándome el fisio de la selección española de fútbol absoluta, Lorenzo del Pozo, que también es fisio de caballos. Tuvo la amabilidad y las ganas de poder ayudarme desinteresadamente. Conseguimos que la yegua se recuperara. A pesar de ser todo muy complicado, acabé feliz y satisfecho de poder terminar mis primeros Juegos Olímpicos y haber conseguido el mejor resultado de España desde Atlanta’96. Llevábamos más de 25 años sin acabar unos Juegos Olímpicos en mi disciplina, que es muy dura y difícil. Dentro de mis objetivos, pensaba que podía obtener mejores resultados, pero dadas las circunstancias de ese momento me di con un canto en los dientes y quedé bastante satisfecho de tener ese resultado bueno para España. Esto va a ayudar mucho a aumentar la base y la afición del concurso completo en España. Mi visión completa de los Juegos ha sido muy positiva, a pesar de contar con varios problemas, pero que me han hecho aprender muchísimo de estos Juegos.

- ¿Cómo fue su preparación? ¿Dónde solía entrenar para los Juegos Olímpicos?
- Entreno en Sevilla, en un pueblo de las afueras de Sevilla, que se llama Fuentes de Andalucía. A unos 60 kilómetros de Sevilla. Es el pueblo de la familia de mi madre y tenemos una finca donde tenemos a los caballos. Aquí hemos montado nuestro cuartel general, por llamar de alguna manera a nuestra cuadra. Tengo la suerte de además tener una casa para descansar y vivir tranquilamente. Aquí ha sido la mayor parte de mis entrenamientos, aunque sí que es verdad que los veranos me tengo que ir a Inglaterra o Alemania, para quitar esos meses de calor más intensos aquí en Andalucía. Tenemos una suerte muy grande de poder tener un entrenamiento diario en el clima que tenemos aquí, desde principios de temporada hasta el final, donde prácticamente todos los días tenemos buenas temperaturas para poder entrenar a cualquier hora del día. No tenemos que estar pendientes de si hace lluvia, frío o nieve. No necesitamos tener un picadero cubierto como en otros países de fuera, donde la temporada suele empezar en primavera. Nosotros ya hemos empezado a competir en febrero. Mi base está aquí en Andalucía, en Sevilla. He estado entrenando en verano fuera de España durante los últimos ocho años con el número uno mundial: Michael Jung, campeón olímpico en Londres y en Río. También he estado entrenando con el bronce olímpico en Tokio, durante tres meses en Inglaterra: Andrew Hoy. Tiene 63 años y está compitiendo para conseguir otra medalla en París. La hípica es un deporte donde si te cuidas puede ser muy longevo. Yo entreno aquí con unos entrenadores de doma y salto, en unas instalaciones muy buenas que hay en Carmona y en un pueblo cercano a Alcalá de Guadaíra con mi entrenador de doma. Al final poder estar trabajando como farmacéutico y entrenando todos los días aquí en mi tierra es algo soñado. Estoy muy feliz de haber podido compartir el camino con mi familia que ha estado cerca. He conseguido poder organizarme para poder estar aquí y llegar al máximo nivel de unos Juegos Olímpicos.

- ¿Cómo cree que se trata la hípica en Andalucía y la tradición que tiene en el mundo del caballo?
- Es una pregunta interesante. Andalucía es una tierra con muchísima afición a la hípica, eso está claro. De hecho, es la región de Europa donde dicen que hay más cabezas de ganado equino. Pero tenemos un problema del que suelo reflexionar cuando tengo la oportunidad en las entrevistas. Tenemos una afición que se basa mucho en ver al animal como ver al animal de compañía, para la feria o las romerías. Aquí en España y sobre todo en Andalucía está muy introducida a la doma vaquera. No tiene nada que ver con lo que hago yo o lo que es el deporte hípico olímpico. Aunque vamos mejorando año tras año, la gente se está dando cuenta de que el caballo se puede ver como un animal de deporte o un deportista. Nos falta mucho camino para poder equipararnos a otras regiones de Europa, como Inglaterra o Francia, que tienen al caballo como un deportista. Todo el mundo que tiene un caballo lo tiene para competir. Ese es nuestro mayor hándicap, que tenemos demasiados caballos, por lo tanto cuando aumenta la base tenemos una mayor posibilidad de que lleguen a un alto nivel. Pero no tenemos esa cultura del deporte equino. Tenemos una cultura del disfrute y yo intento trasladar que necesitamos dar a conocer nuestro deporte. Siempre intento dar todas las entrevistas que puedo para intentar enseñar a la gente que existe algo más allá del simple paseo de los domingos o de dar clases los jueves en una hípica. Este es un deporte que lleva en el programa olímpico desde las primeras olimpiadas y ya está confirmado para París 2024 y en Los Ángeles 2028. España tiene muchísimas opciones y muchísima calidad para llegar mucho más lejos de donde estamos ahora. No somos potencia mundial ni muchísimo menos, pero tenemos las posibilidades para llegar. Solo nos falta un poco de ayuda desde todos los ámbitos, desde las instituciones, el periodismo...pero nos queda un largo camino para poder llegar a lo que a mí me gustaría: tener una cultura deportiva del caballo.



-¿Cómo sufrió su yegua en el viaje a Tokio?
- De todo se aprende, en Tokio aprendí de cosas buenas, de cosas malas, de ver a los demás y de cosas que me ocurrieron a mí. Es un problema que podía pasar y que tomamos todas las precauciones posibles, sin embargo ocurrió y lo bueno es que pudimos solucionarlo. Ya sabemos para próximas veces qué es el tratamiento que nos hace más efecto. He aprendido para cambiar algunos detalles de la dieta de los caballos, para tener algunos suplementos y proteínas que nos pueden ayudar a prevenir este problema. Esto es un problema que le afectó a muchísimos caballos, incluido al número uno de Francia que tuvo que retirarse. Nosotros tuvimos la suerte de contar con las fuerzas de mi yegua, que es una yegua de raza anglo-árabe con muchísima resistencia y muchísima fuerza y que gracias a ello pudimos salir adelante. Además gracias a nuestros veterinarios del equipo, que nos ayudaron a poder recuperarla lo antes posible. Era un problema totalmente normal, teniendo en cuenta que en el avión viajan más tranquilos que en carretera, están muchísimo tiempo quietos. Un atleta de este nivel, con quinientos o seiscientos kilos de puro músculo, al volver después al entrenamiento se produce una reacción física y muscular similar a las agujetas. Son cosas que pasan e intentamos hacerlo lo mejor posible. Al final pudimos competir a pesar de no estar al cien por cien. Fui muy conservador en todas las pruebas para poder cuidar al máximo a mi caballo. Es algo de lo que aprendí y que espero que no me pase en un futuro de nuevo.

- ¿Cómo compagina el deporte con su profesión?
- La clave es la organización y tener ganas. Tengo muchas ganas de seguir mejorando día a día en mi deporte, de conseguir objetivos con mis caballos. Me encanta lo que hago, pero también sé que tampoco puedo vivir de esto. Tengo la suerte de que mis padres desde pequeños me inculcaron que debía tener una carrera universitaria. En la familia teníamos alguna farmacia y tenía claro que quería dedicarme al negocio familiar que se remonta hasta mis tatarabuelos. Estudié farmacia, acabé la carrera en cinco años y en ese mismo año me clasifiqué para los Juegos Olímpicos. Todo lo he conseguido con el apoyo de mi familia, mis amigos y muchísima organización. Debes tenerlo todo muy claro para poder compaginar las dos cosas. Ahora mismo duermo en la cuadra, entreno temprano por las mañanas y tengo la tarde para trabajar en la farmacia. También estoy haciendo dos másteres ahora, uno en Madrid presencial y otro online. Soy una persona que me gusta hacer muchas cosas y muy ambiciosa en el buen sentido de la palabra, me gusta aprender mucho y soy muy inquieto en ese sentido. Como puedo lo voy haciendo, pero con organización se puede conseguir todo. Si tuviera que decirte una palabra que resumiera el poder compaginar la vida académica, la profesional y un hobby como puede ser la hípica de manera profesional.

- ¿Cuáles son sus objetivos ahora mismo?
- Tengo objetivos a corto, medio y largo plazo. A corto plazo mi objetivo es ser mañana mejor que hoy. El día a día es muy importante, la rutina es fundamental para mí. Repetir las cosas es donde se encuentra la mejora. Este año tengo en mi cuadra tres o cuatro caballos para poder competir. Mi objetivo principal es el Campeonato del Mundo de Hípica de Roma. Dan siete plazas para los Juegos Olímpicos por equipos. Aunque mi objetivo principal son los Juegos Olímpicos de París en 2024. No solo es ir, sino ayudar al equipo español a ir a una prueba por equipos. Tenemos tres oportunidades para poder clasificarnos. Una es en el Campeonato del mundo, aunque conseguir esa plaza es muy complicado; otra oportunidad es en el Campeonato de Europa en Francia al año que viene; y la última es una Copa de Naciones en 2023 que da una plaza y crea que esa puede ser una buena oportunidad para conseguir la plaza por equipos para España. Se premia sobre todo la constancia y la participación. Esos son mis principales objetivos. Con los demás caballos, intentar que lleguen lo más en forma posible y poder llegar a París con dos caballos, por si alguno tiene algún imprevisto de última hora. Al igual que para Los Ángeles 2028 y Brisbane 2032. Una vez que llegas a los Juegos Olímpicos tienes ya el gusanillo de querer repetir. Tienes las ganas de estar otra vez ahí y de poder verte con los mejores del mundo de todas las disciplinas deportivas. Vivir la experiencia en la villa olímpica es fantástica. Sobre todo tengo ganas de vivirlo con mi familia y mis amigos, que puedan acompañarme y apoyarme en los juegos.
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