Se lleva hablando de la crisis del Real Betis desde hace dos meses, pero poco se dice de que, tras seis partidos sin ganar -siete si contamos la Copa-, sigue a sólo tres puntos de Europa y con media jornada ya disputada.
Vencer en Málaga no será fácil, aunque, de hacerlo, seguramente recuperará plaza entre los diez primeros y seguirá al acecho del objetivo de este año, que, pese a la euforia del arranque del campeonato, nunca debería ser estar entre los siete primeros -los que irán a Europa si el campeón copero está entre ellos-.
Soñar con ello es algo muy distinto. La tranquilidad debería primar, por tanto, en un equipo en pleno crecimiento, pero ni el juego ni los resultados invitan a ello, y sufre una presión añadida. Obviarla es su reto. Ganar, el siguiente.