La Semana Santa que llevo dentro (Día 6)

Viernes Santo de miradas al cielo

Viernes Santo de miradas al cielo
Viernes Santo de miradas al cielo. - Álvaro Palomo
Álvaro PalomoÁlvaro Palomo 3 min lectura
Muchas veces no entendemos porque recordamos determinados momentos, porque se instalan para siempre en un rincón de la memoria y otros, sin embargo, resultan efímeros. Por qué instantes a priori sin demasiada trascendencia nunca se olvidan, y la única respuesta posible, más allá de los límites compresión, habla de un vínculo emocional que trasciende la realidad que percibimos.

Posiblemente surgiría aquel Viernes Santo en Tetuán, de niño, con mi hermano, en busca de La Carretería, con todavía el eco de La Madrugá reflejado en un camino aún expedito, ensimismado en el terciopelo, en su belleza y sacrificio. Quizás por aquella imponente canastilla de madera, quizás por el halo de luz entre las cruces, quizás por compartirlo con alguien que tanto significa para mí. Quizás por el conjunto de emociones que bailaron en las entrañas... 

También surgiría bien entrada la noche, con la pasión cofrade como único abrigo para resistir un frío penetrante, en la embocadura de Bustos Tavera. La campana palpita como un corazón cansado. El cortejo de ciriales desgarra la oscuridad y alivia el cosquilleo gélido. Impresiona. Siempre impresiona. La estampa fúnebre de La Mortaja cala en los huesos. Vence al sueño. Reclama una oración. Y pide una reflexión de vuelta a casa. Un 'flash' eterno que jamás se olvida.

Por supuesto, el vínculo se produjo mirando al cielo cualquier Viernes Santo. Y no por el temor a una nube negra sino para buscar hacia dónde mira El Cachorro. Hacia dónde dirige su súplica. Para asombrarme de la expresión más quebrada y dolorosa. Para escudriñar el blanco de sus ojos. Para temblar a su lado. Porque son muchos menos de los deseados los encuentros que permite el tiempo y cada segundo cuenta. Porque su sola presencia es una rememoración en sí misma.

Es la Semana Santa que llevo dentro. El Viernes Santo de la espera para ver de pequeño a la Fe y a la Verónica, y de un Cristo redentor en Montserrat. El Viernes Santo de la Triana de la calle Castilla y Los Leones. El Viernes Santo de la Cuesta del Rosario recogida y sosegada. El Viernes Santo de La Soledad bien entendida. De la plegaria y la mirada eterna a las alturas.
Unete a nuestro canal de Whatsapp Únete a nuestro canal de Telegram