La dura confesión de Jenni Hermoso: "Rubiales me dijo..."
La jugadora española ha llegado esta mañana a la Audiencia Nacional para declarar ante el juez por la presunta agresión sexual de Luis Rubiales y dejar claro una vez más que no fue consentido, además de dejar claro que no tuvo "capacidad de reacción" en ese momento y que le dio "asco"
Este lunes ha dado comienzo el juicio a Luis Rubiales, expresidente de la Real Federación Española de Fútbol, acusado de agresión sexual y coacciones por el beso no consentido que dio a la jugadora española Jenni Hermoso en la celebración del Mundial conseguido en Sídney en el verano de 2023.
A la Audiencia Nacional ha llegado el propio Luis Rubiales y Jenni Hermoso quien atendió a 'El Programa de Ana Rosa' nada más aterrizar en Madrid dejando sus primeras palabras antes de prestar declaración en la Audiencia Nacional. La futbolista dejó claro que va a ser "100% coherente con lo que siente".

"Tengo ganas de que pase ya todo, la verdad. Yo estoy siendo 100% coherente con lo que siento en cada momento y eso es lo que cuenta", afirmaba Jenni Hermoso a su llegada a Madrid. La madrileña, que juega para el Tigres mexicano, volvió a recalcar que el beso de Luis Rubiales "no fue consentido". "Como ya sabéis, todo está donde tiene que estar y ya decidirá quien tenga que decidir", añadía la jugadora que finalizaba dejando todo en manos de los profesionales asegurando "confiar en la Justicia".
Además de Rubiales, que se enfrentará a una petición de dos años y medio de cárcel, también se sientan en el banquillo tres personas de su confianza en la Federación: el exdirector deportivo de la selección masculina Albert Luque, el exentrenador de la femenina Jorge Vilda y el antiguo responsable de Marketing de la RFEF Rubén Rivera.
"Me sentí poco respetada" por el beso de Rubiales "desde el primer momento"
La futbolista Jenni Hermoso ha explicado que se sintió violentada y "poco respetada" nada más recibir el beso en la boca del expresidente de la RFEF Luis Rubiales tras ganar el Mundial y ha asegurado que no escuchó que le pidiese "un piquito", como él asegura, pero si lo hubiese oído tampoco habría consentido. "No lo aprobé", ha dicho tajantemente la internacional y jugadora de Tigres de la UANL, de México, en la primera sesión del juicio que acoge este lunes la Audiencia Nacional contra Luis Rubiales y tres ex altos cargos de la Federación por el beso no consentido que le dio el expresidente de la RFEF y las presiones a las que asegura se la sometió para que lo justificase.Aquel beso que Rubiales le dio tras proclamarse campeonas de la final del Mundial de Sídney (Australia), el 20 de agosto de 2023, cambió su vida "desde el primer momento" y no le dejó disfrutar del triunfo como habría querido, ha lamentado la jugadora, que ha dicho sentir que desde entonces su vida parece que se quedó en "stand by"."(...) Sabía que me estaba besando mi jefe y esto no ocurre ni debe ocurrir en ningún ámbito laboral o social", ha denunciado Jenni Hermoso, que ha confesado que se siente aliviada de vivir en México, donde juega en el Tigres de la UANL, por la presión mediática que vivió tras aquel episodio, al llegar a Madrid, donde le seguían medios "24 horas".A preguntas de la teniente fiscal, Marta Durántez, ha sostenido que "desde el primer momento" quiso denunciar estos hechos, incluso antes de personarse en la Fiscalía, y ha negado sentirse coaccionada para ello. Al inicio del interrogatorio, Durántez, que fue quien la interrogó cuando la Fiscalía le propuso emprender acciones, ha tratado de disipar las dudas acerca de esa primera declaración, e incluso Jenni Hermoso ha reconocido que la advirtió de las consecuencias negativas que podía tener denunciar. "Lo llevé adelante", ha incidido.

El momento del beso no consentido
En repetidas ocasiones ha asegurado Jenni Hermoso que ni consintió, ni aprobó aquel beso, y ha relatado las presiones que sufrió ella y su familia por parte de los otros tres acusados: el exdirector deportivo de la selección masculina Albert Luque, el exentrenador de la femenina Jorge Vilda y el antiguo responsable de Marketing de la RFEF Rubén Rivera.
La jugadora ha relatado que, durante el saludo a las autoridades tras la victoria del Mundial, después de saludar a la reina y a la infanta Sofía, llegó hasta Rubiales y se abrazaron. "La que hemos liado", dijo ella; y él pegó un brinco que provocó que pusiese sus piernas "casi en mi cintura" a la vez que le decía "sin ti no lo hubiéramos conseguido". "Lo siguiente fueron sus manos en mis orejas y lo siguiente es el beso", ha indicado.
En ningún momento -ha reiterado- escuchó a Rubiales preguntarle si podía darle "un piquito" o "un besito", como este sostiene; y si lo hubiese oído, ha recalcado, no habría accedido. "Cuando me puso las manos en las orejas lo siguiente fue darme el beso en la boca", ha reiterado Hermoso, quien "nada más bajar", ha asegurado que supo "que eso no era normal". "Me sentí poco respetada. Fue un momento que manchó uno de los días más felices de mi vida y en ningún momento busqué ese acto ni lo esperé", ha denunciado.
Pese a ello, ha explicado que para ella era "súper importante" celebrar ese triunfo, y ha asegurado que nunca expresó su consentimiento al beso, ni en entrevistas ni en conversaciones con sus compañeras: "Mi actitud de cómo esté no quita cómo me siento, no tengo que estar llorando en mi habitación ni tirarme en el suelo durante el acto".
Jenni Hermoso ha explicado así su relación con Luis Rubiales y recalcó cómo vivió el momento del famoso beso en la celebración del Mundial. "Teníamos buena relación con Luis Rubiales. A veces saltaba a mi entrenador y hablaba con él sobre temas de campo. Nos intercambiamos mensajes una vez por los cambios de unos campos durante una Supercopa. Rubiales me dijo que el Mundial lo habíamos ganado gracias a mí, me agarró efusivamente de las orejas, no veo nada y lo siguiente fue el beso. No hice ningún gesto de rechazo, pero le dije a mi hermano que me había dado asco. Le di unas palmadas en el costado porque saludé a todo el mundo, eso no quiere decir que no tuviera asco al notar lo que hubo pasado. Me cogió la cabeza con fuerza, sin capacidad de reaccionar. Fueron milésimas de segundo", explica.
Además, la futbolista reconoce que por ese beso ha sufrido consecuencias: "No he podido disfrutar que he sido campeona del mundo y mi vida ha estado en 'stand by'. La situación en Madrid estaba siendo insostenible, recibí amenazas de muerte. Por suerte pude ir a México encontré una forma de protegerme a mí misma. El psicólogo de la Federación tampoco me ayudó en ningún momento".
Sobre la petición de hacer un video conjunto para quitarle hierro al beso, Jenni Hermoso dejó una dura confesión: "Hubo un momento que marché al baño y me encuentro con Rubiales (en el avión de vuelta a España). Me dice que por favor que le ayude. Que se está liando mucho fuera. Que le están llamando agresor. Le dije que no, que no hacía nada. Que no había querido hacer eso y no era quien para hacer ningún video. Me pidió por sus hijas que lo estaban pasando muy mal. Le dije que lo sentía, pero que no lo haría. Me comentó que a su novia no le había molestado. Me dijo una cosa que me dolió más que fue "a ti y a mí nos gusta lo mismo".
Los cuatro acusados: Luis Rubiales, Luque, Vilda y Rivera
Desde que comenzó la investigación, los cuatro acusados se han desmarcado de cualquier conducta delictiva, una estrategia de defensa que continuarán en el juicio. En su escrito de defensa, Rubiales mantiene que Jenni Hermoso le dio su "consentimiento" y justifica el beso como "una manifestación de euforia, de máxima alegría y satisfacción", al tiempo que niega haberla coaccionado o haber pedido al resto de acusados que mediaran con ella o su familia. También Vilda, Luque y Rivera negaron ante el juez haber presionado a la jugadora o a su familia. Todos declararán al final del juicio.
Las acusaciones -la Fiscalía, la jugadora y la Asociación de Futbolistas Españoles- piden dos años y medio de cárcel para Rubiales y otros tantos de inhabilitación para trabajar en el ámbito deportivo, además del pago de una indemnización de 50.000 euros, entre otras medidas; y para el resto solicitan un año y medio de prisión.
Jenni Hermoso pide también que se prohíba a Rubiales acercarse a ella a menos de 500 metros o comunicarse con ella durante ocho años. El objetivo de las acusaciones en el juicio será demostrar que ese beso del entonces presidente de la RFEF a una subordinada fue de por sí una agresión, con consentimiento o sin él. También que lo que ocurrió después, desde que subieron al avión de vuelta a España hasta el viaje a Ibiza del que disfrutaron las jugadoras por ganar el Mundial, derivó en un acoso permanente a la futbolista para que negara haberse sentido agredida.