Córdoba tiene un oasis en pleno casco histórico que no te puedes perder
Un monumento natural que se forma gracias al paso del río por Córdoba, estando en pleno casco urbano y siendo un respiro tras un día de 'turisteo' por la ciudad

Los Sotos de la Albolafia es uno de los imprescindibles en las visitas a Córdoba. Un espacio natural protegido que se llevó el título de monumento natural hace ya casi 24 años, exactamente en octubre de 2001 mediante el decreto de la Junta de Andalucía. Cuenta con un sitio privilegiado entre el puente Romano y el puente de San Rafael, en un tramo del río Guadalquivir.
Perderte en sus molinos
Uno de los atractivos de los Sotos son los molinos que tiene, como el molino de San Antonio, el molino de Téllez o el molino de la Albolafia, del que procede el nombre de este monumento cordobés. Su nombre lo toma de la vieja noria árabe que se encuentra en el tramo del río, que aunque ya no se encuentra en funcionamiento, sigue siendo todo un icono histórico y cultural.
Desde el Puente Romano al de San Rafael, se puede vislumbrar algunas pinceladas de lo que fue el bosque de ribera autóctono, que abundaba antiguamente en todo el trayecto del río. Si eres fitófilo, sin duda adoraras este oasis en plena ciudad de Córdoba, ya que allí encontraras ejemplares de lenteja acuática, eneas, juntos, carrizos y eucaliptos. Bajo los sauces y los álamos, crecen el lirio amarillo y la menta de agua, junto a abundantes tarajes y floridas adelfas.

El paraíso de las aves
También cuenta con una avifauna variada, con unas 120 especies que eligen los Sotos de la Albolafia como zona de invernada, estacionalmente o como descanso migratorio. Se pueden ver especies marinas como gaviotas y cormoranes, que duermen sobre los eucaliptos. Incluso es posible, con un poco de suerte, ver al martín pescador descendiendo para hacer honor a su nombre.
Una gran cantidad de aves para una extensión que no supera las dos hectáreas, lo que hace incluso más impresionante que sea posible ver una gran variedad como cormorán grande, la garza real, la gaviota reidora, el avetorrillo, el martinete, el cernícalo primilla, el milano nefro, el avefría y diversas especies de cigüeñas, entre otras. 13 kilómetros de ribera que son el hogar de estas especies, catalogándose hasta 150.
Si se visita en la época de floración, el paisaje toma un tono espectacular, acentuándose los tonos verdes que se abrazan con los rosas de las adelfas y los amarillos de los lirios. Sin duda, un respiro de naturaleza en pleno corazón de Córdoba perfecto para desconectar del ajetreo de la ciudad.