Una de las tradiciones más andaluzas es el tapeo, seña de identidad de la gastronomía de Andalucía. Bien es cierto que cada provincia tiene sus peculiaridades en este aspecto, ya que en sitios como Granada o Almería la tapa suele ir incluida con la bebida, algo que en Sevilla o Córdoba no ocurre nunca. Sea de la forma que sea, lo cierto es que tapear en el sur es una de las mayores experiencias gastronómicas que se pueden tener en nuestro país, con una riqueza y variedad de platos e ingredientes de temporada muy difícil de igualar en otros lugares.
Es una obviedad, pero ir de tapas es mucho más económico que sentarse en un restaurante o pedir raciones, algo que hace esta forma de salir a comer o cenar muy apetecible.
En Sevilla existe una mezcla de sitios que han girado hacia el turismo, subiendo sus precios, y otros establecimientos cuya cocina se ha modernizado, con técnicas y recetas nada tradicionales y que también elevan el coste de la tapa, aunque todavía quedan algunos que otros bares en los que sea tapea como antes, incluso unos pocos aún cobran como antes, apuntando con tiza la cuenta en la barra.
Para calificar un sitio de barato, las tapas suelen oscilar entre los 3 y 5 euros, lo que sería un precio razonable, pero hay un bar en la capital hispalense que deja atónitos a todos aquellos que miran su carta, ya que las tapas tienen un precio de menos de 2 euros, algo muy difícil de ver.
Para acudir a este oasis gastronómico hay que desplazarse hasta el conocido barrio de Nervión, concretamente a la calle Alejandro Collantes número 95, allí se encuentra ubicado el Bar Casa Gálvez, un tradicional bar de barrio que no ha perdido ni una pizca de su esencia más pura.
Fundado en los años 1960, el bar está ahora regentado por la tercera generación de los Gálvez, conservando cosas propias de sus inicios. Además de apuntar la cuenta con tiza en la barra, lo que sorprende son sus precios, puesto que las tapas van de 1,20 a 1,60 euros. Por si esto fuera poco, también se pueden ver recetas que ya cuesta mucho encontrar, como mollejas, filetes de hígado a la plancha o barbo en adobo, aunque lo más demandado es el pollo frito, los caracoles o su pescaíto frito. Sin duda un lugar que merece la pena visitar.