Las air fryer, conocidas como freidoras de aire, se han convertido en el pequeño electrodoméstico estrella en las cocinas de medio mundo. Dicho aparato se creó en 2005, siendo obra de un neerlandés.
Fred van der Weij estaba buscando la forma de lograr hacer patatas fritas crujientes pero sin empaparlas en aceite. Tras muchos intentos e inventos, no fue hasta 2010 cuando Philips produjo la ya tradicional freidora con forma de huevo, presentándose en la Exposición Internacional de Electrónica (Internationale Funkausstellung).
Dicho invento combinaba un flujo de aire con la radiación de corto alcance, quedándose Philips con la patente para las freidoras de aire de Van der Weij, aunque los fabricantes de electrodomésticos más importantes del mundo pronto comenzaron a sacar sus propios modelos.
Las redes sociales y los influencers gastronómicos han ayudado a popularizar las freidoras de aire, que actualmente son un aparato imprescindible y con muchos usos más allá de freír sin aceite.
Son muchos los atractivos de la air fryer, de ahí su éxito. Comparado con un horno convencional, su pequeño tamaño es una gran ventaja, sobre todo para cocinas con unas dimensiones reducidas. Además, su uso va ligado a consumir menos energía y menos tiempo, puesto que tarda menos que el horno. A esto hay que sumarle la forma saludable de cocinar, sin apenas aceite, algo que hoy en día también tiene una gran repercusión económica.
Pese a todo esto y a que su uso está estandarizado, son todavía muchos los errores a la hora de cocinar con una freidora de aire, los cuales vamos a repasar a continuación para que los evites la próxima vez.
Se trata de uno de los fallos más típicos y repetidos, el llenar hasta arriba el recipiente de la air fryer, con lo que conseguiremos que la comida no se haga de manera uniforme y, por tanto, no salga bien. Lo que nunca falla es llenar la cesta a la mitad, esa es la medida estándar para acertar.
Otro de los errores más comunes es hacer la misma receta que hacíamos en un horno convencional en nuestra freidora de aire. Este aparato tiene sus propios tiempos y temperatura, por lo que los alimentos no se cocinarán durante el mismo tiempo y a los mismos grados en una air fryer que en un horno.
Aunque ya hay freidoras de todos los tipos, el modelo clásico es una cesta que se saca y en la que no hay cristal para ver cómo va el cocinado, por lo que durante la elaboración hay que ir sacando el cestillo y comprobando cómo va el proceso.
Aunque está claro que uno de los puntos fuertes de la freidora de aire es que no necesita las mismas cantidades de aceite que una sartén, es un error pensar que directamente no hay que usar nada.
Es importante lavar el interior de la freidora de aire con relativa frecuencia, aunque cada vez son más los accesorios aptos para cocinar dentro de ellas, algo que es característico de los hornos.
Aunque en principio se lanzó como sustituta de una freidora convencional, la air fryer hace mucho más que freír.