Sevilla es tierra de tapas, de ensaladilla, jamón ibérico, serranito o salpicón de marisco. Sabores tradicionales, como también son los caracoles las espinacas con garbanzos o el solomillo al wiskhy. Sin embargo, bien es sabido por todo ‘foodie’ o amante del buen comer que la capital hispalense tampoco da la espalda a la innovación culinaria, abrazando y dando cobijo bajos sus soleadas terrazas a las nuevas tendencias en la cocina. Prueba de ello, el fervor contemporáneo por las hamburguesas Gourmet.
Al igual que Sevilla se ha convertido en referente de la hamburguesería, ofreciendo una amplia variedad y productos de una alta calidad. A orillas del Guadalquivir, las tapas se van adaptando y dando paso a auténticas joyas culinarias que relativamente son desconocidas para los paladares de los sevillanos. Hablamos, por ejemplo, del Brioche de pastrami de pollo y y curry de Catalina La Barra, en la plaza de La Alfalfa.
El pastrami no es un plato autóctono en Sevilla, pero poco se va abriendo paso en muchos establecimientos de la capital hispalense y su provincia. Una delicia de la charcutería que en esta esquina de La Alfalfa alcanza un resultado sorprendente.
Para los neófitos en la materia, el pastrami es una carne curada; generalmente de ternera. Su elaboración es un proceso largo y laborioso que comienza con el salado de la carne en una salmuera con hierbas y especias. Tras este proceso, se seca parcialmente, se recubre con una mezcla de especias aromáticas como pimienta negra, cilantro, ajo y pimentón, y finalmente se ahúma y se cocina al vapor. El resultado es una carne tierna, jugosa y con un sabor intenso y ahumado inconfundible. Algo que en este rincón de La Alfalfa han sabido llevar a cabo con carne de pollo, más ligera, acompañado de un rico curry y un delicioso pan brioche que hace las delicias de sevillanos y forasteros. Una versión sevillana que poco o nada tiene que envidiar a las grandes propuestas de Nueva York, donde el pastrami es un clásico de cualquier charqutería judía.
En Sevilla, encontrar un auténtico sándwich de pastrami puede ser una aventura culinaria en sí misma, siendo la calidad de la carne crucial. Esta especialidad, poco a poco, va ganando sitio en la oferta culinaria hispalense, habiendo conseguido Catalina La Barra una propuesta muy sevillana e innovadora que, al mismo tiempo, sorprende pero sigue acorde a su reivindicación por el tapeo clásico. En definitiva, una oportunidad única para acercar al paladar sevillano otras culturas gastronómicas o, como mínimo, hacerlas suyas. ¡Buen provecho!