El pueblo de Sevilla donde se hace el mejor pan tradicional

Si hay algo más puro de un pueblo es por sus tradiciones y sus raíces. Eso se demuestra sobre todo a través de su gastronomía. En la provincia de Sevilla encontramos numerosas localidades que merecen y mucho la pena visitar. Ya sea por sus increíbles monumentos, fruto del paso de diversas civilizaciones que han dejado huella incluso con el paso de los años; o bien por tradiciones y sus platos más típicos.

Aprovechando esta época de vacaciones de Semana Santa, los ciudadanos tratan de conectar más con sus raíces, viajando a sus pueblos, visitando a sus familiares… y, en definitiva, conectando con las tradiciones más puras de cada lugar. Y es imposible hablar de tradición, sin mencionar por supuesto a uno de los alimentos más típicos de la gastronomía española, como es el pan tradicional, el pan de pueblo.

En Sevilla hay numerosos municipios que se caracterizan por su gastronomía, pero si hablamos de pan, hay uno que destaca y mucho del resto. Alcalá de Guadaíra destaca por su pan tradicional, por su masa y por sus distintas elaboraciones.

El pan de Alcalá tiene su historia y es que esta localidad sevillana es conocida como ‘Alcalá de los Panaderos’ debido a que durante varios siglos servía a Sevilla de miles de kilos de pan. Fruto del labrado del trigo durante siglos, este producto se ha convertido en un signo de identidad de la ciudad alcalareña. Con ello surgieron los viejos molinos que se utilizaron para moler la harina con la que dar forma al pan.

Como consecuencia de la creación de estos molinos, también se creó el Castillo de Alcalá de Guadaíra, uno de los símbolos de la ciudad y catalogado como un Bien de Interés Cultural y un Patrimonio Histórico de España. Gracias a la creación de este pan, la ciudad fue una de las pioneras en España en cuanto a la industrialización.

Como bien muestra la Asociación de Panaderos de Alcalá de Guadaíra, “el pan es el alimento básico en nuestra mesa”. Por ello, es uno de los más tradicionales, llegando a evolucionar a la par que lo ha hecho el hombre a lo largo de la historia. En Alcalá podemos encontrar numerosas clases distintas de panes, con distinta forma y sabor, todo para contentar a cuantos más paladares mejor. Un “enorme abanico de elaboraciones, sabores, formas, texturas y hasta colores, que hoy nos permiten disfrutar más que nunca del placer de comer pan”, destacan desde la asociación. Algunas de las más llamativas son: la rosca alcalareña, el picaíto, la boba o el cuarterón.