El Gran Cañón del Colorado que se esconde en Murcia

España es uno de los países con mayor ‘riqueza geográfica’ del mundo. Este término como tal no existe, pero con este se puede hacer referencia a que se trata de un país en el que se puede ver todo y encontrar de todo, desde una zona de playa, a otra de montaña, de prados o incluso de desiertos. Se puede encontrar incluso un río que no parezca de este mundo, que parezca de Marte, como ocurre en Huelva con el río Tinto, al que acudieron científicos de la NASA para investigar. Tal es esa riqueza que también se pueden apreciar algunos lugares que se creían únicos en el mundo, claro está, no en las mismas dimensiones. Esto es lo que ocurre en Murcia con el que se considera el ‘Cañón del Colorado murciano’, y que es muy poco conocido.

Enclave estratégico

Este lugar, aunque es desconocido por una buena parte de la población española, durante muchos años fue motivo de disputa entre musulmanes y cristianos por tratarse de un lugar muy bien posicionado y propicio para resguardarse de los enemigos. Se trata de un paraje natural que se encuentra en Yecla, un pequeño municipio de la provincia murciana con menos de 40.000 habitantes, y a algo más de una hora y media de Cartagena. Concretamente se encuentra en el Monte Arabi, una pequeña montaña, de poca elevación, que es muy visitada por aficionados al senderismo y a la prehistoria. A la prehistoria porque más allá de lo impactante de sus vistas, de que recuerden, en cierta medida, a lo que se puede encontrar en Estados Unidos, también es un lugar repleto de tesoros históricos.

Se trata de un enclave natural que se ha ido moldeando con el paso de los siglos y los milenios con el agua y con el viento y que destaca en días soleados. La cueva más destacada es la Cueva de la Horodada que tiene una profundidad superior a los 30 metros y una altura que ronda también esa magnitud. Tal es el valor histórico de este enclave que hay dos puntos, Cantos de Visera y Cueva del Mediodía, que están incluidos en la Declaración de Patrimonio de la Humanidad para el Arte Rupestre del Arco Mediterráneo por la Unesco, en el año 1998. Se encuentran en una de ellas más de cuarenta pinturas rupestres que datan entre el Paleolítico y el Neolítico, y otra más de ochenta. Se entiende que teniendo en cuenta su estructura, se utilizaba para almacenar el agua de la lluvia para un poblado que vivía cerca.