Óscar Murillo4 min lecturaEl Real Betis ha hecho su jugada en plena Semana Santa a sabiendas de que, a partir del jueves, la actividad burocrática en este país se paraliza, por lo que no será, como muy pronto, hasta la próxima cuando el Tribunal Administrativo del Deporte falle en firme sobre la sanción de cuatro partidos impuesta a Sergio Canales, que ya cumplió el primero de ellos en el Metropolitano y que podrá jugar el Domingo de Resurrección (16:15 horas) ante el Cádiz al serle concedida la 'cautelarísima', quedando en el aire si tiene que purgar los otros tres y cuándo, porque la entidad verdiblanca ha deslizado que seguirá, llegado el caso, recurriendo a los tribunales ordinarios (por la vía contencioso-administrativa) para encontrar una resolución favorable o, en el peor de los casos, posponer la aplicación del castigo. Y, en esta causa, han encontrado los heliopolitanos y el cántabro un aliado extra: la Asociación de Futbolistas Españoles.
Y es que el sindicato de jugadores, en 'guerra' continua con RFEF y LaLiga para defender a sus afiliados, denuncia que el artículo 99 del Código Disciplinario de la Española "no distingue adecuadamente entre opinión y calificación", ya que "es diferente acusar de prevaricar que manifestar algo por el derecho a opinar que tiene cualquier persona, como establece la Constitución Española. Es parte del pluralismo que debe imperar en cualquier sociedad democrática. Que la Justicia Ordinaria conceda suspensiones cautelares de sanciones" pone de manifiesto "las graves consecuencias que puede sufrir cualquier jugador o jugadora, también los clubes, en el ejercicio de su actividad profesional si finalmente la sanción es menor a la adoptada en primera instancia o, incluso, anulada”.
Por ello, AFE solicita modificar aquellos artículos “que atacan claramente contra la libertad de expresión del futbolista" y contactará con la RFEF "con el fin de mantener una reunión para tratar este asunto, pues el vigente Código Disciplinario Federativo es restrictivo, a la vista de hechos presentes y pasados, y vulnera el derecho a desempeñar su actividad profesional al futbolista. Incide, en una palabra, en las relaciones laborales, pues penaliza claramente al jugador a la hora de desempeñar su trabajo, su derecho a competir". Aparte de que sancionar a un jugador por expresar su opinión, sin insultos ni malos modos, intimida al resto, que, como ha ocurrido esta misma jornada con el espanyolista Darder o el cadista Espino, explicaron que prefieren no hablar para no ser castigados. Por eso, y a pesar de que lo establece la Constitución, "tanto AFE como diferentes asociaciones trabajaron para que la libertad de expresión quedara reflejada en la nueva Ley del Deporte (Artículo 22 / Derechos de las personas deportistas) en previsión de determinados casos que se están viviendo".