Antony lo puede decir más alto, pero no más claro: "No lo cambio por nada"
El brasileño no esperaba "estar así de feliz" en Sevilla, aunque lo anhelaba, al tiempo que se vanagloria de haber tenido "la oportunidad" para realizar su sueño y "aprendido mucho" en Europa
"Iluminado. Es una palabra con la que me identifico mucho. De donde vengo, pocas personas tienen la oportunidad, y yo, gracias a Dios, tuve la oportunidad de realizar mi sueño. Para mí, lo más importante del mundo, primeramente, es Dios, y segundo, mi familia. Como dije, siempre intento estar conectado con Dios, hablar con él, que me dé mucha sabiduría y mucha estrategia. Y es una costumbre que tengo, no de ahora, sino de siempre. Intento hablar con Dios para entrar tranquilo en los partidos y en mi día a día también", explica Antony Matheus dos Santos en una entrevista para la UEFA en la que, de nuevo, recuerda sus humildes y peligrosos orígenes en una conocida favela de Sao Paulo: "Era un infierno. Vi de todo, cosas buenas y también cosas malas. Y tener una base, una familia muy concentrada en eso, en estar conectados con Dios, es muy importante".
A su gente, el extremo les está "muy agradecido por el aprendizaje y la educación, porque no es fácil educar a un hijo en la favela". Fue un momento "muy difícil", pero también un momento en el que aprendió mucho. Como el concepto de humildad, de que "todo el mundo tiene que ser igual a todo el mundo, no hay diferencia". Empezó a jugar al fútbol en clubes locales a los 10 años, cuando llegó al de sus amores, el Sao Paulo FC. Su debut con los mayores llegó los 18 años, mientras todavía vivía en su barrio de siempre. Pero, un año y medio después, se mudó a Europa, al Ajax, donde "el comienzo fue un poco difícil", pues todo era nuevo: "Salí de Brasil, fui a otro país, con otro idioma, otra cultura. Para mí fue un poco más duro, pero creo que lo peor fue perderme los primeros pasos de mi hijo. Fue algo que me dolió mucho, pero sabía que tenía que abrir las manos para realizar mi sueño y darle un futuro mejor. Todo tiene un porqué. Después, me adapté y fue un lugar que me gustó mucho".
Estuvo dos temporadas en Amsterdam: "Los dos años que viví allí fueron muy importantes para mí; me encantaba la ciudad". Fue parte de un equipo que ganó los títulos de la Eredivisie. Y sus 46 goles en 82 apariciones fueron un catálogo para un movimiento de 82 millones de libras hacia el Manchester United. "Para mí fue un sueño. Fui muy feliz. Estoy muy agradecido al United por todo lo que viví allí. Incluso por los momentos difíciles, que me enseñaron mucho, me forjaron y me hicieron aprender. Así que es un lugar al que estoy muy agradecido. Tuve momentos difíciles, pero también momentos que me marcaron y muy buenos para mí y para mi familia". Allí, en dos años y medio, sólo marcó cinco goles en la Premier. Pero ahora ha encontrado la felicidad otra vez. Tras unirse al Real Betis en enero de este 2025, el extremo convirtió rápidamente en parte esencial de la escuadra de Manuel Pellegrini, quien se medirá con el Jagiellonia en los cuartos de final de la Conference League.
Con dos goles y dos asistencias en cada una de las dos competiciones que está disputando con los heliopolitanos, Antony parece estar de vuelta en su mejor estado de forma. Mientras tanto, el brasileño trata de mantener también el equilibrio espiritual: "Es muy importante para mí estar feliz, estar bien. Veo que todo lo que he pasado también vale la pena. Como dije, me he alejado; he aprendido mucho. Entonces pienso que estar así de feliz hoy para mí no lo cambio por nada".